El australiano Oscar Piastri (McLaren) confirmó su candidatura al título al ganar este domingo el Gran Premio de Miami (EEUU), el sexto del Mundial de Fórmula Uno, en el circuito diseñado en torno al Hard Rock Stadium de la citada localidad del estado de Florida, donde lideró otro ‘doblete’ de su escudería junto al inglés Lando Norris.
Piastri, de 24 años, logró su sexta victoria en la F1, la cuarta del curso y la tercera seguida; en una carrera que el inglés George Rusell (Mercedes) concluyó tercero, justo delante del cuádruple campeón mundial neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que había salido desde la ‘pole’ y acabó cuarto. En una prueba que los españoles Carlos Sainz (Williams) y Fernando Alonso (Aston Martin) acabaron noveno y decimoquinto, respectivamente.
El tranquilo nuevo hombre de moda, que llegó a la categoría reina hace dos años -después de haber ganado de forma seguida la F3 y la F2-, se convirtió en el primer piloto de McLaren en ganar tres carreras seguidas desde que lo hiciese por última vez el doble campeón del mundo finlandés Mika Hakkinen, que se anotó la última de 1997 y las dos primeras del año siguiente; en el que logró la primera de sus dos coronas seguidas.
Piastri confirmó también su intención de convertirse en el primer campeón mundial australiano desde que capturase por última vez el título para el gigante oceánico, en 1980, Alan Jones, asimismo natural de Melbourne.
Tras arrancar cuarto, volvió a demostrar una madurez y un aplomo poco usual para su edad y encadenó su tercer triunfo, después de los logrados en Baréin y Arabia Saudí; en una racha victoriosa que arrancó en China. Y ahora llegará al siguiente Gran Premio, el de la Emilia-Romagna -dentro de dos semanas y en el circuito de Imola (Italia)-, liderando el certamen con 131 puntos: exactamente 16 más que Norris y con 32 de ventaja sobre Verstappen.
El sábado, Verstappen había festejado su reciente paternidad -su pareja, Kelly Piquet, hija del triple campeón mundial brasileño Nelson Piquet, acaba de dar a luz un niña, de nombre Lily- firmando su tercera ‘pole’ del año, la cuadragésima segunda en la categoría reina. Echando por tierra la afirmación de que la paternidad te hace dos décimas más lento por vuelta.
El astro neerlandés no iba a renunciar a elevar a 65 su propia tercera marca histórica de victorias en la F1 -a pesar de que en Miami nunca había ganado nadie saliendo primero- y con esa intención tomó la salida desde una primera fila que completaba Norris, que horas antes de la calificación, se había anotado el muy caótico y mojado sprint. El segundo de los seis que se correrán este año.
El joven Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) -sexto este domingo- confirmó que su condición de ‘poleman’ de la prueba corta no había sido tan sorprendente con el tercer puesto en parrilla, compartiendo fila con Piastri, que defendía nueve puntos sobre su compañero y 19 respecto al cuádruple campeón de Países Bajos.
Sainz, que afirmó haber completado el sábado su «mejor vuelta con Williams» , salía sexto, al lado de Russell; y su nuevo compañero, Alex Albon, confirmaba la tendencia al alza de la escudería de Grove con el séptimo en parrilla. Algo que refrendó al cruzar quinto la meta.
Alonso, perjudicado por la errónea estrategia de su equipo en el sprint -en el que pudo haber logrado los primeros puntos de la temporada- había quedado eliminado a las primeras de cambio y tomaba la salida decimoséptimo, al lado de su compañero, el canadiense Lance Stroll, que había avanzado una plaza en parrilla tras la sanción del francés Pierre Gasly (Alpine): por romper el parque cerrado y que tomó la salida desde el ‘pit lane’.
El séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Ferrari), tercero en el sprint -en el que McLaren también había firmado doblete- había caído en la Q2 y partía duodécimo, cuatro plazas por detrás de su compañero, Charles Leclerc, accidentado en la vuelta de instalación y que, por ese motivo, no pudo disputar la prueba corta. No fue el mejor domingo de la ‘Scuderia’, cuyo botín se redujo al séptimo puesto del monegasco y al octavo del piloto más laureado de la categoría reina.
La carrera arrancó tras la presentación del trofeo que se llevará el ganador del Mundial de clubes de fútbol, en un pequeño acto en el que estuvieron presentes el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y sus homólogos en la FIA, Mohammed bin Sulayem, y en la F1, Stefano Domenicali. Con la previsión de que en algún momento lloviese y con la amenaza de que, en caso de presencia de aparato eléctrico -y acorde a las leyes estatales de Florida-, el evento se tuviese incluso que suspender.
No fue así y la carrera se desarrolló en seco. Y de los principales actores, todos la afrontaron con los neumáticos medios salvo Russell, Hamilton y Alonso, que lo hicieron con el duro.
Verstappen salió bien y Norris perdió cuatro puestos de golpe al intentar pasar por el exterior de la segunda de las 19 curvas -ganando uno los cuatro que salían justo detrás de él-. Albon avanzó dos, al superar a Sainz y a Lando. Y, después un coche de seguridad virtual provocado por el pinchazo de un neumático del Alpine del muy desafortunado australiano Jack Doohan, en la cuarta de las 57 vueltas, Piastri dio cuenta de Antonelli y se colocaba segundo. Detrás del flamante papá neerlandés y por delante de los dos Mercedes y de Norris, que había dado cuenta de Albon y apuntaba a las ‘flechas plateadas’.
En la novena, Lando ya rodaba tercero, tras deshacerse de los Mercedes. Y, cuando había hecho un trompo Alonso, comenzaba la espectacular pugna entre Piastri -con más velocidad- y Verstappen, defendiéndose con la maestría de un ‘súper-clase’, pilotando un coche inferior.