La ex primera ministra peruana Betssy Chávez cumplió ayer una semana asilada en la residencia de la Embajada de México en Lima, mientras el Gobierno de Perú reafirma que solo tomará una decisión sobre el salvoconducto que le debe entregar para salir del país cuando culminen sus consultas internacionales y formalice su planteamiento de modificar la Convención de Caracas de 1954.
Chávez y su entorno se mantienen, de momento, en silencio, a la vez que se desarrollan las audiencias con los alegatos finales del juicio oral que se sigue contra ella y el ex presidente izquierdista Pedro Castillo por el fallido intento de golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022.
El Gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, comunicó el lunes pasado que Chávez se encontraba en su embajada en Lima, tras lo cual Perú anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas, que desde inicios de 2023 ya funcionaban sin embajadores.


