CINE DE HOY
César (Eutimio Fuentes) es un joven huérfano tapatío que se encuentra en crisis.
Debe entregar el departamento en el que vive y encomendar a su hermano menor
Mateo (Mateo Valles) a unos tíos. Como no tiene dinero se ve involucrado en un
robo. La cosa se complica cuando el pequeño se encariña con una perrita
semiabandonada en un patio de Ananalco.
Se trata de Goya, ópera prima de Pablo Orta que se exhibe en la Cineteca de las
Artes y que resultó una agradable sorpresa.
Aunque se trata de una modesta producción de la Universidad de Guadalajara. y
otras instituciones tapatías, la historia funciona muy bien por el buen desempeño
de su reparto, al que hay que añadir a Ruth Ramos como la solidaria vecina
Camila.
Los diálogos son muy sencillos y creíbles. Ambos hermanos se retan
apostándose cien pesos que no tienen, a cada momento.
Mateo tiene el mal hábito de morder a sus rivales, algo que le trajo problemas en
la escuela, pero que a la larga será su salvación.
Ambos añoran a su madre, a la que recuerdan por una tetera que supuestamente
hizo en un taller de orfebrería. “Mi mamá hacía todo bien”, rememora César.
La cinta tendrá un sorpresivo giro de tuerca con la llegada del irascible dueño de
Goya..
Hacía mucho tiempo que una relación fraternal no se retrataba de manera tan
entrañable como en esta cinta del joven realizador de El hijo del poeta, Zafo y No
verano.
Goya viene a ser una grata sorpresa y nos hace volver los ojos a una provincia
casi siempre ignorada por el cine mexicano.
