CINE DE HOY
El año que termina quedará marcado por el fallecimiento de Silvia Pinal, una de las últimas divas del cine nacional.
La versátil actriz actuó en comedias al lado de Tin-Tán (El rey del barrio), Cantinflas (Puerta joven) y Joaquín Pardavé (Doña Mariquita de mi corazón).
Compartió créditos con estrellas como Pedro Infante (El inocente, Un rincón cerca del cielo), Arturo de Córdova (Un extraño en la escalera) y con directores de la talla de Luis Buñuel (Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto), así como Emilio Fernández (Una cita de amor).
Incluso participó doblando una cinta de animación (El agente 002P de Andrés Couturier) y obtuvo tres Arieles.
El símbolo sexual de los años 70, Sasha Montenegro, falleció a los 76 años, dejando cintas como Bellas de noche de Miguel M. Delgado, acompañando al Santo en Santo contra la magia negra de Alfredo B. Crevenna, y siendo la dama en peligro que rescataba un detective en Llámenme Mike de Alfredo Gurrola.
También falleció otra acompañante del Enmascarado de Plata en cinco cintas, Lorena Velázquez, a los 85 años.
La elegante Helena Rojo, quien ganó dos Arieles por Misterio y Fin de fiesta, es mayormente recordada por su participación en Aguirre, la ira de Dios de Werner Herzog.
La ganadora del Ariel por Oso Polar, Verónica Toussaint, tuvo una muerte muy sentida, pues solamente contaba con 46 años.
Pero la pérdida masculina más importante del cine mexicano fue la del entrañable Azteca Ernesto Gómez Cruz, bien recordado desde sus inicios en Los caifanes, El imperio de la fortuna, El callejón de los milagros y La ley de Herodes. Gómez Cruz obtuvo un Ariel de Oro por su destacada carrera.
Descansen en paz todos ellos.