EL PEQUEÑO TIMMY
Por supuesto que hay muchas lecturas que se pueden dar tras los resultados de la pasada elección del 02 de junio, ya que de acuerdo con los resultados del INE, votaron un total de 60 millones 115 mil 184 personas, de los cuales Claudia Sheinbaum Pardo recibió 35 millones 924 mil 519 sufragios que equivalen al 59.75 por ciento del total por lo que se convirtió en la ganadora oficial de la contienda.
No fue sorpresa dicho triunfo, desde que inició la elección de 2024 se sabía que sería nuevamente una elección de Andrés Manuel López Obrador, y haiga sido como haiga sido con el uso o no de programas sociales, con la confianza del pueblo bueno y sabio, o con el reiterado mensaje de bienestar compartido, la población votó en las urnas por Morena y en gran parte de las casillas votaron sin saber ni quiénes eran los candidatos que ahora se sienten grandes triunfadores.
Lo que para mí ha sido sorpresa son los 16 millones 502 mil 697 votos que obtuvo Xóchitl Gálvez Ruiz y que representan un 27.45 por ciento del total que votó el pasado 02 de junio, y me causa sorpresa porque con los líderes corruptos y criminales que tienen los tres partidos políticos que se revolcaron para engendrar una candidatura en coalición, es para que los votos hubieran sido mucho menos.
La realidad en México es que mientras unos votaron por el proyecto que ha enfatizado Andrés Manuel López Obrador en cada discurso y al que ha llamado Cuarta Transformación, otros votaron por la oposición, por una oposición ligera, imbécil, inútil y buena para nada y votaron por esta opción porque no había otra, no tanto porque la candidata haya sido Xóchitl Gálvez o porque los spots hayan sido enfocados para promocionar las imágenes de Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, los tres cínicos que han desacreditado la oposición y por ende han fortalecido al gobierno en turno, dándole una y otra vez, la razón al Presidente de la República.
Por poner un ejemplo, todavía no existía el PRIAN cuando Obrador ya había hablado de ellos, y ¿qué hicieron? Aliarse en un amasijo de ideologías contradictorias, pisoteando a su militancia y mostrando la feroz ambición que los guía en sus proyectos personales para que toda la gente viera que el presidente tenía razón, que estos tres se entendían y que se seguirían entendiendo.
Así como hubo millones de personas que votaron por Morena y no por los candidatos que estaban en las boletas, también hubo millones que votaron por Xóchitl, no por la persona, sino por intentar hacer un contrapeso a un gobierno que si hubiera tenido mayor congruencia se hubiera llevado muchos más votos.
En una reciente entrevista, Andrés Manuel López Obrador señaló “el problema no está en el crecimiento de la derecha, el problema está en que la izquierda no ha sabido estar a la altura de la circunstancia”, con lo que prácticamente reconoció que el avance de la derecha está en manos de la izquierda.
Una advertencia que pocos han entendido, pero que es una sentencia al Movimiento de Regeneración Nacional, ya que mientras la izquierda lo permita, con nulo trabajo, con vicios heredados por perfiles que aprendieron en otros partidos, con corruptos que llegan a ocupar cargos públicos, o ignorantes que se hicieron candidatos por “agradecimiento”, la izquierda comenzará a desmoronarse, y entonces la derecha tendrá nuevas oportunidades para regresar al poder, no nos vamos a comparar con otros países, pero con ver sus situaciones podemos decir que AMLO tiene razón, el regreso de la Derecha en México está en manos de la Izquierda y en la gestión y resultados que entreguen sobre todo aquellos perfiles que andan celebrando sus triunfos sin saber siquiera lo que se tiene que hacer en el cargo que próximamente van a ocupar, o peor aún, aquellos que conocen muy bien toda la corruptela que pueden generar para tener grandes beneficios de los cargos públicos.