TIEMPO ESENCIAL DE HIDALGO II
Se vive un renovado interés social por la filosofía debido, en gran medida, al uso generalizado de las redes sociales y su influencia sobre las nuevas generaciones; aún cuando permanece lejana a los intereses estratégicos de gobiernos e instituciones educativas que no alcanzan a determinar el papel que le corresponde en su proyecto educativo, sometido aún al paradigma científico, cultural y ético del sistema mercantilista predominante.
Más aún, cuando dichas instituciones retienen el poder de legitimación de los saberes, la sociedad contemporánea desarrolla nuevas formas de generar y trasmitir el conocimiento, fuera de sus esferas de influencia.
No obstante, a pesar de la velocidad con que se produce ese fenómeno, dichos procesos de comunicación alternativa, todavía se encuentran lejos de desplegar toda su potencialidad, y desprenderse del dominio de las instituciones destinadas a su integración sistémica.
Sin embargo, es en ese campo de acción relativamente libre, donde la filosofía va encontrando nuevos campos y temas de reflexión, así como oportunidades de generación y socialización de sus conocimientos; frente al (des) propósito reiterado de los planeadores educativos, empeñados en reducir o mediatizar su presencia en la formación de las jóvenes generaciones.
No obstante, dicha perspectiva mantiene vigente sus dominio en el nivel de bachillerato dentro del régimen de la Cuarta Transformación, en contradicción con los objetivos de su proyecto político; adoptando, equivocadamente, las mismas estrategias del modelo educativo anterior, que considera a la filosofía como un conocimiento transversal, dirigido a proporcionar ciertos temas que apoyen la unidad entre el conocimiento y la praxis social del educando; proyecto al que consideramos con buenas intenciones, pero que ignora el papel referencial de la filosofía como saber fundamental e integrador de todos los campos del conocimiento humano (sea científico, cultural, histórico o social), que conforma el contenido indispensable para la formación integral de los jóvenes universitarios de nuestro tiempo.
Ante tal error, el Doctor Gabriel Vargas Lozano, académico e investigador de la UAM, ha manifestado que ,“Si lo que se trata es de que las disciplinas como la ética, la lógica, la estética o la introducción a la filosofía aborden temas del contexto en que viven los jóvenes, no habría ninguna razón para desaparecerlas, sino abordar en forma sistemática los problemas existentes en la sociedad…” (La reforma de la educación superior y el caballo de Troya La Jornada 2408).
En suma, que la existencia de una educación democrática, crítica y humanista, con la que discursivamente se pretende sustituir al modelo pragmático utilitarista en crisis, requiere, por definición, la participación de la filosofía como campo de integración general para impulsar la formación de seres humanos solidarios, libres, tolerantes y responsables; capaces de superar las barreras ideológicas y pragmáticas que aún permanecen ancladas en la educación superior no solo en Hidalgo, sino en México y la mayor parte de las instituciones de educación superior en el planeta.
Pese a esos obstáculos y a pesar de su aparente fragilidad, la filosofía ha sabido permanecer en pie de lucha durante toda su historia, enfrentado desde la acusación de su inutilidad, hasta la predicción de su final inminente, sin que tales vaticinios se hayan cumplido y por el contrario, haya renacido una y otra vez con mayor fuerza y profundidad.
Y tenemos confianza que así será en Hidalgo, porque nuestro país y el estado mismo se encuentran en un proceso acelerado de cambio político y social que, más temprano que tarde, tendrá sus consecuencias en la educación de sus habitantes, aunque las resistencias y la velocidad a la que marcha el famoso “elefante reumático”, nos impida notar su movimiento; pues la sociedad hidalguense, aunque rezagada, va uniéndose a la transformación que la nación experimenta y ella reclama crecientemente.
Y es en ese contexto de confrontaciones, paradojas y expectativas, donde resulta necesario mantener nuestro propósito original: hacer presente a la filosofía en tierras hidalguenses; movimiento del que quien esto escribe se considera tan solo como un adelantado más, dedicado a abrir brecha hacia ese propósito; sin más permiso ni impulso que el de nuestra propia conciencia, llamando a todo aquel que quiera arrimarse a nuestro fogón lo haga cuanto antes, en especial a los filósofos que en Hidalgo se cuenten, invitándoles a esta columna, con el fin de dar a conocer sus tareas y reflexiones; por lo que volvemos a poner al espacio de TIEMPO ESENCIAL de HIDALGO a su disposición para tal efecto.
Otra tarea consiste en invitar a quienes desde la «normalidad» de los centros académicos y de investigación filosófica nacionales e internacionales o como pensadores independientes, gusten apoyarnos con sus valiosas investigaciones y reflexiones; pero sobre todo con sus análisis del estado que guarda la filosofía en el planeta y en especial en nuestro país, a fin de poner a los hidalguenses al día de lo que sucede en el ancho mundo de la filosofía, del que solo nos llegan ecos y luces intermitentes.
“Es menester, pues, bajar a la común habitación de los demás y es menester acostumbrarse a contemplar las cosas oscuras; porque, acostumbrados, veréis mil veces mejor que los de allí, y conoceréis cada una de las imágenes, qué sea y de qué, por haber visto la verdad acerca de las cosas bellas, justas y buenas. Y así la ciudad habitará, para nosotros y para vosotros, un suelo y no un sueño, como ahora habitan los más, porque luchan con una sombra unos contra otros y se sublevan por el mando, como si fuese un gran bien”. (Platón, República, VII, 514b- 520d.), UNAM, 1971.
La tercera faena, consiste en propiciar el diálogo filosófico con nuestros lectores -especialmente los más jóvenes-, abordando temas y problemas que directa o indirectamente conduzcan a la construcción de una comunidad filosófica hidalguense; viva, fraternal y estudiosa.
Y si bien este propósito nos conducirá seguramente a involucrarnos con los grandes temas, genios y momentos de la filosofía, seguiremos enfatizando lo que sucede en nuestra casa común como el lugar de enunciación que nos impulsa a encontrar nuestro propio camino, tal y como el que movió a Sócrates, ya en edad avanzada a abrazar la filosofía como proyecto de vida en su Polis, que es, al final de cuentas, el propósito que nos mueve.
Por último, aunque no menos importante, estamos ciertos que quienes no comparten estos propósitos, tienen mucho que decir al respecto, por lo que esperamos también sus opiniones en el espacio de TIEMPO ESENCIAL DE HIDALGO.
Esperamos sus valiosas aportaciones y propuestas.
(NOTA: Con este texto, damos inicio a la Segunda Parte de las reflexiones del maestro Serna Alcántara sobre filosofía. Esperamos sea para bien de toda la sociedad hidalguense. Mes con mes, usted podrá participar en este espacio abierto para filosofar)