EL PEQUEÑO TIMMY
Con la tragedia que azota a varios municipios de Hidalgo después de las lluvias provocadas por el huracán Priscilla, los buitres de la tragedia, esos políticos cerdos que lucran con la tragedia para buscar capital político, se han comenzado a presentar en las comunidades, con chalecos que llevan sus nombres y el color del partido político, para hacer creer a la gente que apoyan hoy para que mañana sean apoyados en futuras campañas.
Lo más miserable de los políticos se puede ver en sus redes sociales, la forma en que intentan presumir que están en lugares de mucha necesidad “estorbando” nada más, quedando bien con sombrero ajeno, tomándose fotos para hacer creer que son los “buenos”, buitres, zopilotes, usureros, no hay una palabra que describa a la perfección a toda esta bola de miserables.
En verdad que dan asco, eso de ponerle el nombre a las despensas y “apoyos” que entregan, es una pena ver la forma en qué llegan a los lugares de la tragedia a tomarse las fotos, a decir que llevan apoyos, a lucrar con el dolor de la gente, que acudan desde su pedestal de privilegio y politiquería a los lugares siniestrados solo para “hacer ver” que fueron, para sumar líneas a informes vacíos que después utilizan para pedir votos.
La imagen más evidente, es sin duda la senadora Simey Olvera y la del diputado Asael Hernández, quienes han aprovechado la tragedia para promocionar su imagen como políticos de antaño, como los de siempre, aunque hay que reconocer que hay una gran diferencia entre lo que siempre ha hecho el PAN y lo que debería estar haciendo la senadora que acude con su chaleco de Morena, el primero se sabe forma parte de un partido político en decadencia, de una vieja escuela que siempre utilizó este tipo de tragedias para hacer campaña política disfrazada de “ayuda”, en cambio la segunda, que debería estar bajo la ideología de un partido que se opone a toda la vieja politiquería está haciendo lo mismo que el PAN, situación que se agrava por la contradicción ideológica.
Hoy la senadora Simey no es la política que apoya, que ayuda, que hace gala de la ideología de la Cuarta Transformación y Morena, hoy la senadora es la aprovechada, la que despilfarra recursos en un informe, la que acarrea gente, la que lucra con la tragedia, la que sin duda ya se ve como gobernadora de un estado en el que lo único que ha hecho es hacer campaña al viejo estilo del PRI, del PRD y del PAN. Con su chaleco guinda pero con actitudes tan aberrantes como las de la misma oposición.
Y también es una vergüenza toda esa gente que le aplaude su actuar, y mucho más los que pertenecen a Morena, porque no hay peor enemigo para el pueblo que el cacique que se hace pasar por “pueblo” para dominarlo, para beneficiarse de él y sobre todo para obtener el poder y continuar con un legado de impunidad, de corrupción, enriquecimiento y compadrazgos.
Ojalá el pueblo sabio, el pueblo que sabe lo que ha sucedido, el mismo que buscó liberarse de las cadenas del neoliberalismo y de los malos gobiernos sepa cómo tratar a estos buitres de la política, a estos trepadores que como se ha visto, nada más andan viendo la forma de seguir trepando en puestos públicos, viviendo del erario público a costa de lo que sea. Carroñeros sinvergüenzas, a quienes sin duda la historia los va a juzgar tarde que temprano.
Mientras tanto, la ayuda, los voluntarios y cientos de militares hacen el trabajo que ningún político corriente ha hecho, el reconocimiento siempre para los héroes anónimos que hacen su trabajo en territorio, para los jóvenes estudiantes que han buscado recolectar víveres, para las organizaciones civiles y para toda esa gente que sin necesidad de tomarse una foto en el lugar han ayudado mucho más que un diputado o una senadora.