PEDAZOS DE VIDA
Laura no fue la misma después de aquella noche, el frío de aquel diciembre no lo he vuelto a sentir durante todos estos años. No solo fue la temporada invernal sino todas las circunstancias que provocaron nuestra separación, ese congelamiento emocional carente de muestras de cariño acabaron con todo, pero no fue de forma paulatina, todo acabó en un instante, porque como le digo Laura no fue la misma.
Unos días antes, habíamos discutido sobre el lugar donde estaríamos en Navidad, usted sabe, ambos queríamos ir con las familias nuestras, ella a casa de sus papás y yo a la de los míos, pero no queríamos separarnos aunque tampoco queríamos ceder para estar juntos, y no era por ella o porque a mí me faltara disposición sino por la presión que ejercen, sobre todo las mamás.
Hace tiempo que traía una onda media oscura, que hablaba de la muerte y cosas oscuras, en la televisión además de las series de asesinos y formas de morir, comenzó a ver programas de miedo y brujerías, posesiones demoníacas y más, una vez, cuando estábamos viendo un especial de trabajos que las brujas hacían en panteones, me dijo que jamás podría irme de su lado porque ya estaba bien amarrado.
Yo la quería con todo el corazón, jamás hubiera pensado en hacerle daño, me tenía muy ilusionado esa idea. Estar amarrados, por siempre. Ni necesidad de brujerías y hechizos hacía falta, sus enormes ojos y sus pequeños labios eran suficientes armas para tenerme en sus brazos, en su casa, en su cama… en su vida.
El trece de diciembre se fue con unas amigas, tuvieron una “noche de bellacas” en la casa de Katy, según me dijo fueron doce las invitadas y en total trece con la anfitriona, quien aprovechó la ausencia de la familia para hacer su reunión. De ahí no supe más que habían tomado y que una de ellas, anduvo ofreciendo un tipo de droga durante toda la noche.
No creo que haya estado drogada, ella tenía una fuerza descomunal, y cuando comenzó a morderme lo hizo sin control, estuvo a punto de arrancarme un pedazo de carne si no hubiera sido porque me defendí. Dicen que pudo ser alguna droga pero yo en verdad creo que había un demonio dentro de ella, un demonio que pretendía hacerme mucho daño.
Cuando di el golpe, juro que fue para contenerla, nunca fue mi intención matarla, cada noche me sigue atormentando la mirada de aquel ser que poco a poco se transformó en mi Laura para dejarme un rostro inerte como si con la vida de ella también se hubiera marchado la bestia que instantes antes había intentado matarme.
Fue en aquella noche de invierno cuando Laura se fue con sus amigas, fue en esa misma noche cuando Laura fue otra, ella no fue la misma. Y tras su muerte en mis manos, el frío que sentí aquella noche no lo he vuelto a sentir, ella se fue con ese demonio y no la dejará regresar, aquella noche la maté a ella queriendo acabar con el mal.