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“No se puede ser feliz, si no estás haciendo lo que viniste a hacer al mundo”: Enrique Quezadas

Ana Luisa Vega
3 Min de Lectura
Facebook Enrique Quezadas

“No se puede ser feliz si no estás haciendo lo que viniste hacer al mundo, no vivir haciendo lo que eres es como existir siendo lo que no eres”, es el mensaje de invitación del escritor Enrique Quezadas, para que lean su reciente libro “Haz de tu vida una obra de arte”, de la editorial Océano.

Explicó que la vida cotidiana y el contexto que lo enmarca, como rigidez política, polarización, guerras, impacta en la experiencia de la civilización humana, sin embargo aseguró que llegó el tiempo del florecimiento.

Dijo, “el florecimiento surge a partir del derrumbe de lo que existe, para tirar lo que sostenemos hace falta la ecuación de las personas en lo personal, no puedo esperar a que otros actúen de otra manera, la responsabilidad es lo que trato de sembrar en este libro, el conocimiento de sí mismo”.

Refirió que las grandes culturas, como los mayas y los aztecas, vaticinaron el cierre de una era para abrirse una nueva, para darle entrada al florecimiento humano, “estamos en el proceso de transición”.

El autor de “Haz de tu vida una obra de arte”, destacó que en el libro los lectores podrán encontrar herramientas que los llevarán a convertirse en estudiosos de su propia vida, siendo responsables afectivamente y conscientes.

Comentó, “el libro es un estudio de la condición humana, que es lo que me ha formado, es un clavado dentro de mí, para ver lo que me forma y me tiene condicionado, para responsablemente hacerse cargo de mis propios pasos en el presente, porque tenemos una mente que está futureando o reaccionando de acuerdo al pasado, vivir en el presente no es fácil, pero hay modos para habitarlo”.

Enfatizó que la obra también sirve a los jóvenes, además de estar escrita de manera sencilla para que cada lector se convierta en testigo de su propio proceso de vida, “el libro es una invitación a que cada quien se enfrente a la propia experiencia para trascenderse a sí mismo”.

En ese sentido, realizó una analogía con la flor de loto, refiriendo que la belleza puede trascender pese a estar en el fango, y la felicidad florece pese a lo difícil de la misma vida, “para que haya felicidad hay que asistir a la comprensión de una vida virtuosa, que nos lleven a hacer contacto con la paz y amor, todos somos el loto, al encontrarnos con la existencia”.

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