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No juegue con amores eternos, por defender un plato de lentejas

Javier Peralta
3 Min Read

RETRATOS HABLADOS

Al paso de los días, y entre más cercana esté la fecha de los comicios electorales, la rijosidad entre seguidores del proyecto Obradorista y los que no, ha crecido de una manera no solo preocupante, sino al borde de la violencia física.

Octavio Paz había advertido en su momento, que con bastante regularidad, las agresiones verbales se transforman en los golpes, las hospitalizaciones de uno de los contrincantes, para terminar en la muerte de alguno de ellos.

Estamos en esa situación. En un mar de especulaciones, en la que unos se erigen, desde ahora, como triunfadores y otros como engañados.

Y lo real es que, como siempre, los únicos beneficiados de lo que suceda, serán grupos cerrados, los antes de la Transformación, los después de la Transformación.

En medio de todos, lo sabemos, no estará nuestra madre como un Dios, al estilo de Manuel Acuña, sino los que con o sin pensiones, se quedarán en el mismo lugar, del que no saldrán, ni ahora ni nunca.

Lo grave es que en esta guerra inventada, los que de eternidad han sido la “carne de cañón “, lo volverán a ser, porque la gente siempre va bien para llenar estadios, para que los agarren a porrazos y les unten ungüentos. Porque Serrat lo dijo y era cierto.

Este paso de la agresión verbal a la física, ya se registra en nuestra sociedad, pero también en nuestras familias, en la fragmentación donde es posible el distanciamiento hasta la muerte entre padres e hijos, porque uno adora al hoy adorado, y el otro lo odia.

Y lo grave es que nadie se da cuenta, que ambos han errado el camino: porque de principio es absurdo adorar a un político, por muy que se le quiera ver como un semidiós.

Porque no hay santificados en la política; porque nunca habrá; porque no debe haber, porque la política es campo único para la escenificación de las peores actitudes del humano, nunca las mejores.

Así que olvide, por favor olvide que vale la pena odiar de por vida a un hermano, solo porque no cree en la santidad del auto ungido. 

Mil gracias, hasta mañana.

Mi Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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