RETRATOS HABLADOS
No, bajo ninguna circunstancia, puede existir un hombre o mujer de poder que reúna todas las características positivas y, por supuesto, tampoco las negativas. Es decir que no hay absolutos de ninguna especie, por la simple y sencilla razón de que, con seres humanos, falibles en todos sentidos, con profundos gestos de bondad, pero también de mezquindad y vileza. Quien busque perfección en estos menesteres, como en todos donde una persona participe, se equivocó, aquí sí, de manera absoluta.
En el quehacer periodístico, sin embargo, es una tendencia constante calificar a este o aquel, a esta o aquella con cargo público o de representación popular, como representante encarnado de la bondad, de la sencillez, de la sabiduría, de la tranquilidad y serenidad, de la audacia, de la astucia, de la genialidad. Y también, faltaba más, su parte contraria: quienes son encarnación de la mezquindad, de la soberbia, de la imbecilidad, de la ansiedad, de la estulticia, de la estupidez, de la inseguridad.
No hay términos medios, y por eso resulta complicado distinguir a unos de otros, porque se da por descontado que, o todo lo hizo mal, o todo lo hizo bien. Y eso, simple y llanamente, nunca ha existido en toda la historia del mundo, de la humanidad.
Así las cosas, surgen los que están dispuestos a sacrificar todo, en aras de la defensa del pueblo, y como bien sabemos que el pueblo como tal es una invención de los que se valen de la misma para acceder al poder, ganar un cargo, y lo que usted mande y ordene, luego entonces la mentira es un buen pasaporte para acomodarse donde haya dinero y poder.
Sería por todo lo anterior, buscar evaluar con sincera ecuanimidad el proceder y hacer de todos nuestros políticos, y distinguir con precisión que nadie es arquetipo ni de bondad, y menos de maldad.
Porque en el santoral sexenal siempre existe una encarnación del mismísimo demonio, que durante muchos años, personificó el profesor, José Guadarrama Márquez, cuando tuvo la osadía de cuestionar el quehacer tricolor, –que en definitiva solo quien practica la estulticia por deporte puede catalogar como lo peor de lo peor que pasó al país o al estado de Hidalgo–, para después heredar el puesto al dueño de la Universidad Autónoma de la entidad, Gerardo Sosa Castelán, y seguramente en breve surgirá otro, para que ese santoral nunca quede vacío.
Pero son demonios que no son demonios, al igual que del otro bando, hay ángeles que tampoco son ángeles. Simplemente son mortales con poder, que, por la misma condición humana, es temporal.
Sin embargo, no hay como encontrar de repente, a imberbes opinadores que ya condenan a unos, a otros, y se erigen como faros de la verdad absoluta, lo que habla de su lamentable condición mental, y todo eso que se repite, hasta que logran algo en su carrera, que generalmente tiene poco que ver con el trabajo en medios, que usan a su antojo para llegar a donde quieran llegar.
En síntesis, sería bueno, en el análisis sereno de lo político, considerar que ver a unos como demonios, y a otros como santos, es un absurdo de arranque, que solo conduce a radicalismos sin sentido.
MINUTARIO. – Es la primera vez, desde hace mucho tiempo, que no veía a tantas familias pachuqueñas orgullosas de caminar y caminar por un lugar empezaron a sentir suyo desde el primer momento. El Parque Cultural Hidalguense lo ha logrado en unos días. Será deber de todos cuidarlo, y que el presupuesto anual que se dedicará a su mantenimiento, se aplique con absoluta transparencia. También que no se cuelen vivos para querer apropiarse de algo que es de todos los ciudadanos. Así que atención con todo lo que pudiera implicar entregárselo a los dueños del Club Pachuca. Pero lo cierto es que ha resultado un regalo único y vital para el ciudadano de a pie, el que camina, el que se sorprende y se siente orgulloso de llevar a sus parientes de otros Estados, a que lo conozcan.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
X: @JavierEPeralta
