El Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, Monseñor Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, anunció la necesidad de abrir el corazón y los sentimientos a la fe; lo anterior con motivo del inicio del 2025.
A través de las redes sociales oficiales de la Arquidiócesis, el presbítero envió un mensaje a los feligreses y a la comunidad católica, con el propósito de llevar una vida en armonía para lograr la paz.
Dijo “su santidad, el Papa Francisco en la convocación del jubileo ordinario para el 2025, titulado la esperanza no defrauda, nos recuerda como San Pablo es muy realista, y sabe que la vida está hecha de alegrías y dolores, que el amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento”.
En ese sentido enfatizó que ante las pruebas que se viven en estos tiempos, no debe perderse de vista que debido a la esperanza se desea llegar a participar de la paz y la alegría en la eternidad de Dios.
Destacó que para lograr este anhelo, es necesario pedir que se abra el corazón y los sentimientos a la fe, “esa que ha formado parte de nuestra historia personal y familia, de los pueblos y comunidades, que sigue invitando con toda su fuerza afinar nuestra mirada siempre en Jesucristo, esa fe que nos llama constantemente a la unidad y a la misericordia, desterrando de nuestra persona, todo odio que no nos deja llegar a ser felices”.
El Arzobispo agregó “el mismo Papa Francisco nos recuerda que la esperanza junto con la fe y la caridad forman el tríptico de las virtudes teologales que expresan la esencia de la vida cristiana, la esperanza señala la orientación, indica la dirección y la finalidad de la existencia cristiana”.
Finalmente, deseó que el nuevo año sea de esperanza, en donde toda la comunidad se esfuerce por vivir las virtudes teologales y en Cristo Misionero.
