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miércoles, septiembre 24, 2025

Mejor leamos a León Felipe Camino

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RETRATOS HABLADOS

Dejar a un lado esta larguísima monotonía del ejercicio profético que todos padecemos en estas lides raras, pero divertidas, de intentar a veces reflexionar en torno al fenómeno político, y otras, muchas, crear nuestros propios escenarios, incluso con “alias” de los personajes de este tinglado, parece sano en estos tiempos de verdaderos demonios en el horizonte internacional.

Pero decía que mejor dejamos el espacio a un poeta, un buen poeta, y mejor recordar que en estos asuntos todo es subjetivo, así que sostengo: un excelente poeta, siempre admirado por mi hermano Adalberto: León Felipe Camino, cuya estatua vela las tardes del Bosque de Chapultepec. 

De su obra: “El payaso de las bofetadas y el pescador de caña”, de “El poeta prometeico”:

“LAS REVOLUCIONES SE HACEN Y SE SEGUIRÁN HACIENDO EN LA HISTORIA contra todos los tramposos: no sólo contra el capitalista, el señorito y el mercader, como quieren algunos, sino contra el historiador tramposo, contra el arzobispo tramposo, contra el sabio tramposo, contra el poeta tramposo y contra el líder tramposo también. Las revoluciones se hacen para restaurar la justicia y para colocar a cada hombre en su lugar. No se hacen tan sólo para resolver un problema de desigualdad económica y social, sino para resolver el gran problema del hombre. Y no se hacen solamente contra las dictaduras humanas, sino contra la dictadura de las estrellas también. 

“Estrellas, estrellas dictadoras nos gobiernan. 

“Las revoluciones se hacen contra el silencio de los dioses y los designios implacables de los hados sobre todo. 

“Y no las hacen las masas ni los tiranos. Las hace el hombre. No un hombre singular, sino el hombre. El genio poético y prometeico que está en potencia, dormido en todos los seres humanos y que tiene que despertar el gran líder, no el gran demagogo. El gran demagogo es el que habla al hombre de felicidad, y despierta en él el egoísmo y la concupiscencia; el gran líder es el que habla de sacrificios y despierta en él el heroísmo. 

“La gran curva revolucionaria del mundo la han trazado los grandes poetas, y está ahí indeleble, cubriendo los cielos, siguiendo la curva del sol, desde un horizonte a otro horizonte. Debajo de ella quedan las pequeñas revoluciones episódicas y políticas de la Historia. Hay la grande y eterna revolución y las pequeñas revoluciones. Y toda revolución, por pequeña que sea, ha de mirar hacia arriba y prender su ideal político y pasajero, del gran ideal indeleble y eterno del hombre. No se puede hacer ninguna revolución mirando a la tierra solamente. Si luchamos por el pan nada más, sólo habrá guerras y rapiña. Y la Historia no será más que un eterno “quítate tú de ahí para que me ponga yo”. 

“Mañana el mundo le gobernarán los poetas. Y con esto no vengo a sentar preferencias de clase ni de oficio, sino a decir que mañana a todos los hombres les moverá en la Historia el genio poético prometeico que ahora llevan dormido. 

“Pero ¿qué es el genio poético-prometeico del hombre? 

“¿Cómo es un poeta? 

“¿A qué poetas me refiero yo? 

“Antes de seguir adelante quiero definir, precisar bien a qué poetas me refiero.

“Tengo que repetir unas palabras que ya he dicho otra vez. 

“Importa repetir. 

“Porque hay que aprender nuevas definiciones. 

“Los antiguos preceptores nos habían engañado. 

“Los viejos preceptistas retóricos habían definido mal. 

“El genio poético-prometeico es aquella fuerza humana y esencial que en los momentos fervorosos de la Historia puede levantar al hombre rápidamente 

“de lo doméstico a lo épico, 

“de lo contingente a lo esencial, 

“de lo euclidiano a lo místico, 

“de lo sórdido a lo limpiamente ético. 

“Tiene esta virtud en la hora de las grandes revoluciones humanas. De ordinario es una fuerza general, latente, pero aun dormida va ganando a los hombres y a los pueblos para las grandes metáforas, para los grandes trasbordos de la Historia. Suele existir como un símbolo y es comúnmente la conciencia de un grupo de hombres personificada en un héroe imaginario, nacional o universal. 

“El poeta no es aquel que juega habilidosamente con las pequeñas metáforas verbales, sino aquel a quien su genio prometeico despierto le lleva a originar las grandes metáforas: sociales, humanas, históricas, siderales.”

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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