Algunas poblaciones de la isla italiana de Sicilia (sur), que vive la sequía más grave de su historia, llevan más de 40 días sin agua corriente, lo que ha llevado a los vecinos a convocar una manifestación este lunes para protestar porque la situación les ha obligado a contratar servicios de distribución de agua bajo costes elevados.
La protesta convocada en Caltanisetta (centro), bajo el lema «Queremos el agua», es una iniciativa popular que «sin ideología política» que pretende «formar un equipo y tratar de dar un impulso para intentar mitigar molestias actuales y futuras» en la gestión del agua, según sus promotores,
En esta zona, propietarios de bares y restaurantes se ven obligados a pagar entre 250 y 400 euros al mes en barriles de agua para poder llevar a cabo su actividad con normalidad, mientras que en la de Niscima, al sur de la isla, sus vecinos no tienen agua corriente desde hace 42 días, según los medios locales.
Con Sicilia en estado de emergencia ante la sequedad y las lluvias casi inexistentes del último año, también ganaderos y agricultores agonizan ante las elevadas temperaturas, que en 2021 llegaron a alcanzar los 48,8 grados centígrados, la mayor jamás registrada en Europa.
La falta de agua no tiene precedentes tras un año sin precipitaciones y Sicilia sufre una desertificación acelerada que podría hacer que un tercio de la región pase a ser territorio yermo en 2030.
Se estima que pueden haber pérdidas de la mitad de producción de cítricos y hortalizas, y la caída del trigo puede llegar al 75%.
El lago Pergusa, única laguna natural de Sicilia, se ha secado casi totalmente, otra muestra de la desastrosa situación de las cuencas hídricas del territorio.