El francés Léon Marchand se coronó como el indiscutible ‘rey’ de la piscina de los Juegos Olímpicos de París tras colgarse este viernes su cuarta medalla de oro al imponerse en la final de los 200 estilos con un nuevo récord olímpico.
Si los Juegos de Múnich 72 son recordados por los siete oros del estadounidense Mark Spitz y los de Pekín 2008 por los ocho de su compatriota Michael Phelps, los de París irán irremediablemente ligados al nombre de Marchand.
Es cierto que por cifras la gesta del francés no puede compararse con las de los dos gigantes norteamericanos, pero el valor de los triunfos de Léon Marchand van más allá de deportivo.
Un autentico fenómeno social como atestigua el ensordecedor griterío que ha acompañado a cada actuación del galo en la piscina de La Défense, que desde el inicio de los Juegos se ha entregado noche tras noche la ‘Leonmanía’ que se ha desatado en Francia.
Pasión desenfrenada de la que no ha podido librar ni el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que celebró como un aficionado más la victoria de Marchand en la final de la prueba corta de estilos.
El último paso que le faltaba al nadador francés, que entrena en Estados Unidos bajo las órdenes de Bob Bowman, el técnico que dirigió la carrera del legendario Michael Phelps, para completar la gesta y sumar su cuarto otro tras vencer en los 400 estilos, los 200 mariposa y los 200 braza.
Un triunfo que prácticamente se daba por seguro, no sólo ya por al doble campeón del mundo del nadador francés, oro en los Mundiales de Budapest 2022 y de Fukuoka 2023, sino por el eléctrico ambiente que se respiraba en la piscina que hacia inimaginable una derrota de Marchand.
Poco importó que el chino Shun Wang, campeón hace tres años en Tokio fuera el primero en tomar la delantera y completase la posta de mariposa en primera posición con una ventaja de 7 centésimas sobre el francés.
Diferencia que Marchand, de 22 años, redujo a la nada con su sensacional habilidad en el volteó que llevó a la locura a la grada de La Défense que comenzaba a albergar no sólo ya la victoria, sino la posibilidad de que Marchand adornase su cuarto oro con un récord del mundo.
Una posibilidad que pareció hacerse realidad cuando el francés, que se afianzó en el liderato de la prueba en la posta de espalda, se situó tras el paso por la braza, el mejor estilo de Marchand, por debajo del récord del mundo -1:54.00- del estadounidense Ryan Lochte vigente desde el año 2011
Con su perseguidores a un mundo, como atestiguaron los 1.73 segundos de desventaja con el que entró en los últimos 50 metros el británico Duncan Scott que se había aupado a la segunda posición, el francés León Marchand emprendió una frenética carrera contra el crono.
Pero ni así pudo evitar el francés que se le escapase por tan sólo cuatro centésimas, tras tocar la pared en un tiempo de 1:54.06 minutos, suficiente para arrebatar a Michael Phelps el récord olímpico que poseía desde los Juegos de Pekín 2008 con una marca de 1:54.23.
Un hecho que ratificó la condición de Marchand, que estuvo escoltado en el podio por el británico Duncan Scott, plata, y el chino Shun Wang, bronce, como el legítimo heredero de Phelps y el nuevo icono de la natación mundial.