El decreto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que declara terroristas a los carteles mexicanos ha sido una bomba para la política interna de México, donde la mandataria, Claudia Sheinbaum, acusa de “entreguismo” a la oposición que le exige aceptar la cooperación de Washington.
La orden de Trump, quien fijó dos semanas para definir qué grupos clasificar como terroristas, sacude al Gobierno mexicano porque «es una reacción a la estrategia» de «abrazos, no balazos» del expresidente Andrés Manuel López Obrador, apuntó Clemente Romero Olmedo, experto en seguridad nacional de Cronem Consultores.
«(La política) consistió en ceder control territorial y de diversas actividades comerciales a las organizaciones criminales. La Administración Sheinbaum está intentando revertir la percepción de tolerancia y displicencia de la Administración de López Obrador con dichas organizaciones», expresó el especialista a EFE.
Además, el consultor señaló que «es probable que políticos de primer nivel en México, como gobernadores presentes o pasados, estén siendo investigados por las agencias norteamericanas».