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jueves, mayo 15, 2025

Maestro

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MEMENTO

«We don’t need no education, We don’t need no thought control, no dark sarcasm in the classroom. Hey, teacher, leave us kids alone» 

Another Brick in the Wall (Part 2) – Pink Floyd

Maestro proviene del latín magister, que a su vez viene de la raíz indoeuropea mag-, que significa grande o el que tiene poder o autoridad.

Magister = compuesto por: magis = más, mayor y ter = sufijo de agente (como quien hace algo cotidianamente). Por lo tanto, magister significaba literalmente “el que es más” o “el que sobresale”, y de ahí evolucionó al sentido de el que guía, enseña o dirige.

Si bien el gremio del magisterio está de plácemes este día, no solo encontramos maestros en la escuela, hay muchos maestros en la vida. Particularmente tengo un Shifu con quien acudo constantemente no solo como amigo, sino porque a través de su sabiduría arrabalera, científica, filosófica, etcétera. Hoy es un maestro, literal y metafóricamente hablando.

Mi primera maestra fue mi madre, de quien aprendí bastante -excepto a bailar- a través del empirismo y el amor. De mi padre aprendí primero bajo la presión y después mediante la comprensión. 

Ya de manera escolar recuerdo vagamente (no por su calidad humana sino por mi mala memoria) a algunas personas, a la maestra de primero que me cortó mi inspiración de convertir triángulos en pinos, a la maestra de segundo que me cruzó los cables con los acentos, a la maestra Hilda que me ayudó a sacar un buen potencial, a la maestra Alberta que confió en mí como persona. 

En la secundaria no tengo presente a alguien. En el bachillerato hubo una maestra que me marcó profundamente; de ella aprendí más de lo que creí posible. También estaba Patiño, con quien aún mantengo amistad, y claro, un muy mal maestro de contabilidad que me enseñó, sin querer, cómo no enseñar. 

Ya en la Uni, recuerdo con muchísimo cariño a Jaime y a Gaby, ya en otro nivel a mi psicóloga y la neta, no recuerdo más. Posteriormente recuerdo al Doc de IA de quien tengo recuerdos ambivalentes.  

Pero como podemos encontrar un maestro en cualquier lugar y aprender de cada uno de ellos mi maestro en la carpintería “El Gatito”, a los “Mais” que me enseñaron la caña huasteca, acompañada con una coca, al libro “Picardía Mexicana” del que aprendí ese lenguaje oculto en el albur, de mi compa “Lión” aprendí muchas cosas de la vida. Actualmente mis principales maestros son mis hijos, de ellos he aprendido valores, adaptabilidad, sapiencia, resiliencia y sobre todo humildad.

Hace diez meses retomé un sueño, estudiar una carrera afín a la psicoterapia, un poco por filantropía, pero mayormente por chismoso. Procuro aprender en cada clase de mis maestros y maestras, pero de quien más he aprendido son de mis camaradas en clase, personas con mucha preparación.

No ha sido sencillo retomar una rutina escolar, si bien no he dejado de estudiar tampoco tenía la disciplina de leer e investigar de manera formal. La camaradería dentro de mi grupo ha sido buena, tenemos todo tipo de personajes y de cada uno aprendo.

La conseja de hoy:

Aprendan de todas las personas que les rodean, de lo bueno y lo no tan bueno. 

El conocimiento no solo se encuentra en las aulas. A veces el mejor maestro es el que menos se anuncia como tal: un amigo con palabras sabias, un hijo con una mirada honesta, o uno mismo cuando al fin entiende el por qué de sus errores.

No teman aventurarse en el camino del conocimiento, que la sabiduría se encuentra en todos lados. Como diría Yoda: “¿Quieres saber la diferencia entre un maestro y un aprendiz? El maestro ha fallado más veces de las que el aprendiz lo ha intentado”.

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