El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reunió este martes a todas las autoridades del Estado para discutir medidas «urgentes» y «definitivas» contra el cambio climático, reflejado en los incendios que se expanden por casi todo el país desde hace más de un mes.
«La naturaleza resolvió mostrar sus garras» en Brasil «y nos dice que o la cuidamos correctamente o no va a soportar tanta falta de responsabilidad», declaró Lula en el inicio de la reunión, a la que asisten autoridades del Parlamento, la Corte Suprema y otros de los principales organismos del Estado brasileño, así como científicos y académicos que estudian el cambio climático.
Aunque admitió que la principal causa de los incendios que se han desatado en más del 50 % del territorio nacional es la mayor sequía registrada en décadas, Lula comentó las sospechas que existen en relación a las llamas provocadas en forma «delictiva».
Reconoció que «no se puede probar nada», pero aseguró que también ve «mucha anormalidad» en el hecho de que las llamas han aparecido en forma devastadora en casi todas las regiones del país.
Aún así, también puntualizó que «el dato concreto» es que el país «no está cien por ciento preparado» para enfrentar el cambio climático y que «el 90 % de las ciudades no tienen bomberos suficientes» para una «emergencia» como la que ha sido declarada este año.
La sequía es habitual en esta época del año en la región central de Brasil y en el bioma amazónico, pero en este 2024 es una de las más extremas y afecta a más de la mitad del territorio del país, con especial incidencia en la Amazonía, la sabana del Cerrado y el Pantanal.
El pasado fin de semana, un juez de la Corte Suprema autorizó al Gobierno a modificar sus presupuestos sin que sea contabilizado en el cálculo fiscal y contratar créditos extraordinarios para combatir la «emergencia climática», tras lo cual Lula convocó la reunión de este martes a fin de definir medidas «urgentes» frente al fenómeno.