El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el domingo una declaración de emergencia por desastre natural para atender las inundaciones en Texas, donde el número de fallecidos —cifrado este domingo en 79— continúa en aumento conforme avanzan las labores de búsqueda y rescate.
«Estas familias están sobrellevando una tragedia inimaginable, se han perdido muchas vidas y muchos más siguen desaparecidos», escribió el mandatario en su cuenta de la plataforma Truth Social.
La decisión permite que la Agencia Federal de Manejo de Emergencia (FEMA) se active en la zona para apoyar a las autoridades locales y estatales, según indicó la secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kristi Noem, en un comunicado.
Desde la madrugada del viernes, equipos de rescate y voluntarios están recorriendo las regiones afectadas en búsqueda de víctimas y moviendo los escombros.
La mayor parte de los fallecidos se encuentran en el condado de Kerr, uno de los más afectados por la crecida del Río Guadalupe. Allí, las autoridades han encontrado 68 muertos, de los que 40 son adultos y 28 menores de edad.
Se desconoce todavía el paradero de 11 de las 27 niñas y jóvenes que pasaban el verano en el campamento cristiano Mystic Camp, en la localidad de Hunt, y que se reportaron como desaparecidas la mañana del viernes.
Las autoridades locales no han querido establecer una cifra concreta con respecto al posible número de desaparecidos, ya que en la zona se encontraba acampando mucha gente tras el 4 de julio.
La cifra de muertos probablemente aumente conforme pasen las horas, reconoció este domingo el alguacil del condado, Larry Leitha Jr., en declaraciones a reporteros.
El gestor de la ciudad de Kerrville, en el condado de Kerr, Dalton Rice, explicó el pasado sábado que se trata de las peores inundaciones en la zona desde 1987, cuando fallecieron diez adolescentes.