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martes, noviembre 25, 2025

Los despojos de nuestros sueños

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El país que pretendíamos dejar a los jóvenes es este, no otro, y no solo no les convence, sino que lo repudian para plantearnos con absoluto derecho, “¿en qué estaban pensando cuando permitieron que todo desembocara en esto? ¿qué futuro podemos tener en una nación donde los delincuentes pueden matar, robar, hacerse de cantidades multimillonarias de dinero sin que los realmente responsables paguen? Nos dejan nada, pero, sobre todo, nos dejan sin opciones para construir un hogar, una familia como ustedes sí la tuvieron”.

Por eso, usted lo ha visto, son los jóvenes los que encabezan los movimientos contra gobiernos corruptos que han tenido que huir como el caso de Nepal, lo que seguramente sucederá, si no ahora, un poco más tarde, en Tanzania.

Y también están decepcionados de ideologías, de sistemas de gobierno en apariencia democráticos, porque los resultados son peores, al grado de colocarlos en un estado de desesperación, de incredulidad, de no encontrar el camino a la salida.

Porque es cierto, si fuimos los que soñamos con un gobierno de izquierda, socialista o algo semejante, sería deber nuestro reconocer que todo fue un sueño fracasado, que el paraíso de justicia social que considerábamos Cuba, desembocó en todo lo contrario, con una clase gobernante solo comparable a la de Batista, el origen de toda esa dorada revolución.

Pero no lo hacemos. Porque nos duele reconocer que, luego entonces, no hay un camino real hacia ninguna parte, que no pecamos de inocentes, sino de necios al negar lo evidente y la terrible posibilidad de que la sociedad humana es de origen injusta, ajena a toda igualdad, ligada sí a la posibilidad de que la historia se repita con los que tienen todo y los que tienen nada.

Lo que hoy les entregamos es lamentable, y tiene razón al enojarse, al demostrar su rabia, porque el presente no les augura ningún buen futuro, porque saben, vaya que lo saben, que al final del día siempre ha triunfado la mentira y el silencio de los que un día cerramos la boca y decidimos que llevaríamos la vergüenza en silencio.

Serán los que tal vez decidan que todo debe arrancar desde el principio, desde las cenizas del mundo que fue un sueño absurdo, irrealizable, porque ese ideal no consideró un factor fundamental: la esencia del ser humano, siempre adicto al poder, a tener más y más, a gozar por el sufrimiento de sus semejantes. Porque de origen la dichosa “dictadura del proletariado” era, ante todo, la venganza contra los que lo habían tenido en la orfandad, la pobreza, pero también un rencor que lo transformaría en su propio destructor.

Es una lástima no entregar un mejor lugar donde puedan vivir, soñar, sí, volver a soñar con la igualdad y a no creer que se haga realidad, para volver a reclamar, para corregir, porque nunca llegamos a puerto alguno, luego de navegar por generaciones en un mar embravecido, plagado de dolor y muerte. Porque tal vez el único destino del ser humano es navegar, navegar y navegar en busca de un algo que nunca ha existido.

Pero hoy, es cierto, les entregamos los despojos de nuestros sueños. Es decir: nada.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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