El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, adelantó este jueves que Brasil tendrá un «trato especial» en el acuerdo con Estados Unidos para proteger la cadena de suministro del acero y el aluminio en América del Norte.
«En el caso de México, por una situación muy especial, se requiere de acero y de aluminio de Brasil y tenemos muy buena relación con Brasil», explicó en su conferencia diaria, por lo que se pactó un «trato especial en el caso de acero procedente de Brasil hacia México».
Este miércoles, Estados Unidos y México acordaron una serie de medidas para blindar la cadena de suministro en la región, con una subida de aranceles para frenar que países como China puedan introducir estos materiales en territorio estadounidense.
Ambos países acordaron nuevos requisitos para garantizar y proteger «que el acero que llega de México obtenga beneficios libres de impuestos solo si se funde y vierte en México, Estados Unidos o Canadá».
En caso de que no procedan de México, los productos enfrentarán aranceles del 25 %, informó la Oficina de prensa de la Casa Blanca.
De manera similar, aquellas importaciones de aluminio de México que contengan «aluminio primario fundido o moldeado en China, Bielorrusia, Irán o Rusia» recibirán un arancel del 10 %.
López Obrador añadió que esta deferencia también abarcará «el acero y el aluminio que pueda tener componentes que se originen» en Brasil y aseguró que este acuerdo fue propuesto por México.
«Cuando nos hicieron la propuesta, nosotros pusimos dos condiciones: una, que no se hablara de países, que no llevara dedicatoria la resolución», desgranó.
Y, la segunda, dijo, la excepción de Brasil.
Estas políticas llegan dos meses después de que el Gobierno mexicano revocase los aranceles de entre 20 % y 35 % que había decretado a finales de abril al aluminio extranjero ante la falta de producción nacional.
La polémica por el acero y el aluminio comenzó en febrero, cuando EE.UU. advirtió que podría volver a imponer aranceles a estos metales de México por acusar a empresas de Asia, en particular de China, de usar al país para triangular sus exportaciones hacia Estados Unidos.
Para el actual presidente, que el próximo 1 de octubre dejará el Palacio Nacional en manos de Claudia Sheinbaum, las medidas acordadas se tienen que observar con la mirada puesta en el medio y largo plazo, «para que se invierta en México».
Así, reiteró su apuesta por «seguir fortaleciendo» el comercio de América del Norte y, aunque a él «ya no le va a tocar, anheló que «se vaya integrando» toda la economía del continente americano.
«Para que se consolide como la principal región económica comercial del mundo», aseveró.
Además, el pacto logrado también apuntala la «autosuficiencia» y la «sustitución de importaciones» en la región, según el mandatario, algo que «conviene» a Canadá, Estados Unidos y México.
La decisión de la administración capitaneada por Joe Biden de trabajar con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para impedir que China introduzca acero y aluminio en Estados Unidos a través de México, burlando así los aranceles que EE.UU. impone sobre esos materiales, había sido avanzada por el presidente estadounidense a mediados del pasado abril.