Por primera vez en su historia, el Benfica venció al Bayern Múnich, al que doblegó con un gol en el minuto 13 de Schjelderup, con las paradas de Trubin y con un ejercicio de resistencia en la segunda parte para ser primero de grupo, relegar al segundo puesto al poderoso conjunto alemán y no dar opción de clasificación al Boca Juniors.
Nunca estuvo eliminado el conjunto portugués en la última jornada. Sólo lo ponía en duda la derrota, además de una cantidad considerable de goles del Boca Juniors contra el Auckland City. En el tránsito de su exigente choque con el Bayern Múnich, nunca sucedió ni lo primero ni lo segundo en Nashville. Su pase caminó seguro, sostenido en el segundo acto por los reflejos de Trubin, brillante en todo el encuentro.
Igual que Di María. Rumbo a su Rosario Central, del que surgió para la élite del fútbol, precisamente al Benfica hace 18 años, y al que regresará ahora a ofrecer sus últimos regates, dar sus últimos pases y marcar sus últimos goles, sigue muy vigente en el fútbol europeo y mundial. Una figura indeleble, que atraviesa el tiempo con un vigor casi insólito.
El Bayern se excedió en su convicción de inicio. No jugaron ni Kimmich ni Musiala ni Goretzka ni Olise ni Harry Kane ni Tah como titulares. En la reanudación, ya con 1-0 en contra, tiró de Kane, Olise y Kimmich. Demasiado tarde. Le faltó pegada y tiempo entonces. Perdió la primera posición. Y le espera la sensación del torneo: el Flamengo.
Aún no había marcado Boca, cuando Manuel Neuer ya se había lucido ante un zurdazo lejano del omnipresente Ángel Di María y cuando el Benfica, incluso, tomó ventaja a los 13 minutos. De nuevo en el origen el extremo campeón del mundo argentino, el centro de Aursnes lo remachó Schjelderup. El 1-0.
A sus 37 años, casi mil partidos en la élite, su desborde es impresionante, incluso más allá del paso del tiempo. También canaliza el juego de su equipo, saca los córner y corre y juega con una soltura imponente. Lo sufrió hasta el poderoso Bayern, enfrentado a la calidad de Di María y asustado en una carrera de Pavlidis, que aguantó a Upamecano desde el medio campo al área hasta que cayó al césped por una carga legal. No fue nada.