RETRATOS HABLADOS
Uno de los aspectos más complicados a ser entendidos en el mundo de la política, es la actitud casi maniática que algunos, y algunas, ejercen, con tal de no quedar fuera del candelero, luces de escena, o como cada quién les quiera llamar. El hecho fundamental es que son capaces, aquí, hasta de la inmolación, con tal de no perder bonos en estos menesteres, porque santo que no es venerado, todo mundo lo sabe, acaba en el olvido.
Y en este tipo de hechos, es donde se puede observa hoy en día la pelea que traen personajes, hombres y mujeres, que sienten que han dado un paso más arriba en la escala social del asunto político, cuando todos los medios informativos, y no informativos, los traen en boca. Algunos para tundirles con todo, y otros para presentarlos como nuevos adalides de las libertades y la justicia.
El asunto es que se hable de ellos, o de ellas, bien o mal no importa, porque el asunto central es que su nombre sea pronunciado cien, mil veces en todos los espacios.
Pocos quehaceres humanos, y no tan humanos, se nutren del aplauso o del abucheo del respetable público. La única gran, pero definitiva diferencia, es que en el caso del artista, de cine, radio o televisión, si el abucheo es muy grande, acaba derrotado para toda su existencia, y el llanto es el menos de los problemas. Simplemente puede ser enterrado en vida.
Pero para el político no es así. Se hable bien, se hable mal, si bien no es lo mismo, sí resulta un bono a su favor en muchos sentidos, porque tiene la capacidad de otorgar bondades a lo que no es así, al grado de transformar todo, absolutamente todo en lo que de origen no lo era.
No hay publicidad mala, o de plano propaganda mala para un político. Todo lo sabe aprovechar en su beneficio, y a veces incluso posee dones de prestidigitador, de verdadero ilusionista.
Por eso le insistiré hasta la saciedad: no acepte así como así la versión de un político, sea hombre o sea mujer. De ninguno de los dos bandos en que regularmente se dividen: los del poder se creen los buenos, los que aspiran al mismo, los malos. Al rato unos serán los malos y otros los buenos.
No crea sin cuestionar. Dude de todo. Pregunte, cuestione y cuestione hasta donde sea necesario. Cuestiónese a usted mismo, vuélvase a cuestionar, y dude hasta el último instante.
Ya no estamos, ni ahora ni nunca, para aceptar los cuentos de siempre a manera de respuestas definitivas.
Recuerde también que en estas historias: NO HAY BUENOS, BUENOS, NI MALOS, NI MALOS MUY MALOS. Hay simples intérpretes de papeles que a veces les salen terriblemente infames.
No dude en dudar.
Piense también que la historia de estos personajes ha sido siempre la misma, y que participar en su juego, en el que en un momento son presa del halago exagerado, luego de la crítica despiadada, y así sucesivamente, corresponden a este tinglado en que los acostumbramos ver. Pero, por favor, no los tome tan en serio.
Mil gracias, hasta mañana.
Correo: jeperalta@plazajuarez.mx
X: @JavierEPeralta


