Ad image

La suplencia de la deficiencia del argumento

Mtro. Martín Peralta Hermosillo
4 Min de Lectura

PUNTO DE VISTA

Para muchos un día negro, otros gris, unos más, un día cualquiera. Se aprobó ayer en el nuevo recinto de la Cámara de Diputados (Magdalena Mixhuca), en lo general, la reforma al Poder Judicial.

Con mucha pena y durante la discusión que duró gran parte de la madrugada, no se escuchó ninguna opinión técnica, ni de los diputados de Morena y aliados, ni de la oposición; desafortunadamente sus aseveraciones carecían de argumentos. 

En materia de amparo, opera la suplencia de la deficiencia de la queja, en algunas materias como la laboral, a la parte quejosa; en este caso, debió haber suplencia de la deficiencia de argumentos y por ende, que por lo menos entraran sus asesores. 

Se escucharon frases como, “el pueblo nos eligió y en consecuencia podemos reformar con libertad”, y del otro lado, frases como, “existe el peligro de que lleguen los amigos, amigas, comadres o compadres de los del poder y entonces sí, adiós independencia del Poder Judicial”. Nadie advirtió temas por ejemplo de, ¿qué pasaría en el fondo con la ley que los regula, la ley de amparo? ¿Qué pasaría, por ejemplo, con las suspensiones que últimamente ya no son acatadas por el Ejecutivo? Eso es lo que se esperaba. 

No eran cualquier moción. Tal vez, y sin saberlo, los diputados y diputadas son las más importantes que tendrán en su legislatura, y por supuesto de la historia reciente de nuestro país. Es cierto lo que me dijo una persona a la que respeto mucho: “es como cuando sabes que tu cliente va a salir condenado, sólo se siguen los últimos trámites como formalidades del proceso, para que finalmente se haga pública su sentencia”. 

Sin duda, pero nos merecimos más: más argumentos, más esfuerzo de ambos lados, más inteligencia. 

Pasa al Senado y he visto cómo en redes, los detractores les piden, sobre todo a los del PRI, que no traicionen; sin embargo, no tenemos que ir muy lejos para saber cuál es el punto débil del tricolor actual. Veamos en nuestro estado lo que pasó con los ex diputados del tricolor, que se convirtieron en  LPI o GPR, bueno, no sé las siglas, me da flojera incluso buscarlo, pero son: Julio Valera, Alejandro Enciso, ¡ah, claro! Erika Rodríguez, entre otros. 

Es decir, no se necesita mucho para encontrar traidores, y bajo esa premisa la iniciativa pasará en el Senado. Por cierto, la pareja brillante de Alejandro Enciso y Roberto Rico (como Santo y Blue Demon) de la pasada legislatura, en lugar de pasar desapercibidos como debían, se dieron a conocer por el grave error que tuvieron, al creer que el gremio periodístico en Hidalgo es de bajo nivel. Quedaron evidentemente en ridículo al querer reformar, sin consultarlos, la Ley de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y de Salvaguarda de los Derechos para el Ejercicio del Periodismo. 

Compartir esta nota