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miércoles, febrero 26, 2025

La repercusión de los mitos del amor romántico

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Sea cual fuera la razón por la que se celebra el día de “San Valentín”, lo cierto es que además de tener un impacto económico importante, repercute fuertemente en la violencia de género. La psicóloga Marisol Bardón advierte sobre los peligros de la creencia que adopta esta celebración acerca de que «el amor todo lo puede», debido a que las nuevas generaciones suelen adoptar conductas poco saludables por la influencia de los medios, minimizando la violencia de género y culpando a las mujeres víctimas.

La psicóloga también critica el mito del sacrificio, que puede encubrir el control y generar dependencia emocional, sugiriendo las creencias, fomentar el amor propio y establecer límites para evitar caer en estas dinámicas, por lo que es fundamental implementar programas educativos que desmitifiquen expectativas irreales sobre el amor y promuevan relaciones igualitarias centradas en el bienestar mutuo.

El Programa “Vive y deja vivir” de la Fundación Mujeres, aborda cómo la interiorización de mitos sobre el amor romántico entre adolescentes puede ser un factor que propicie la violencia de género. Estas creencias distorsionadas no solo normalizan el maltrato, sino que lo legitiman, impulsando la idea de que la violencia es parte de las relaciones de pareja. 

El concepto de amor es variable y está influenciado por la cultura y el tiempo, y en la actualidad, la adolescencia suele tener expectativas poco realistas sobre el amor, en gran parte debido a estos mitos de amor que se agrupan en cuatro categorías.

El primero: El amor todo lo puede, incluye la creencia de que el amor puede cambiar a una persona violenta, así como la idea de que las diferencias en gustos y opiniones enriquecen la relación. Sin embargo, el amor no es suficiente para superar todos los problemas ni justifica el maltrato, que siempre es inaceptable.

El segundo: El amor verdadero está predestinado, este mito sugiere que hay una única persona destinada para cada uno, restringiendo la capacidad de decisión sobre nuestras parejas, también promueve la idea de que la felicidad depende exclusivamente de la pareja, lo que puede llevar a una dependencia poco saludable.

El tercero: El amor es lo más importante y requiere entrega total, se sostiene la creencia de que la pareja debe ser el centro de la vida, relegando otras relaciones y aspectos importantes. El sacrificio de la individualidad en favor de la pareja es visto como una forma de amor, aunque en realidad puede ser perjudicial.

El cuarto: El amor es posesión y exclusividad, se fomenta la idea de que los celos son una muestra de amor, lo que justifica comportamientos posesivos y, en algunos casos, violentos. Además, se asocia el amor con la fidelidad absoluta, sin considerar la autonomía de cada persona.

Estos mitos contribuyen a construir relaciones basadas en el control y la despersonalización, lo que a su vez puede alimentar la violencia machista. Es esencial que se ofrezcan modelos alternativos de relaciones a la juventud, donde prevalezcan la comunicación, el respeto y la igualdad, se debe enseñar que la atracción puede ser involuntaria, pero la decisión de estar en una relación es consciente y personal; los celos infundados revelan inseguridades, y los conflictos deben resolverse a través del diálogo respetuoso.

La promoción de relaciones basadas en el respeto mutuo y la libertad es fundamental para prevenir la violencia de género entre la juventud, estas premisas pueden ayudar a crear vínculos afectivos y sexuales saludables, rompiendo con la jerarquía de dominación que perpetúa el ciclo de la violencia, pues al empoderar a las y los jóvenes con estas herramientas, se establece una base sólida para construir relaciones sanas y equitativas.

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