La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, defendió el pasado jueves su decisión de no acudir al funeral del Papa Francisco ante las críticas de analistas y opositores que cuestionan su ausencia a pesar de representar al segundo país con más católicos del mundo.
“No voy a ir a las ceremonias del Papa Francisco y viene toda una crítica de por qué no voy. ¿Qué hubiera pasado si dijera que voy? Pues lo mismo, hubiera habido una crítica tremenda: ¿Dónde está la separación Iglesia-Estado? ¿Por qué está yendo a los funerales del Papa Francisco?”, declaró la mandataria en su conferencia diaria.
La gobernante mexicana desestimó las críticas desatadas en redes sociales tras su decisión el martes de enviar a su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, el mayor cargo del gabinete, al funeral de Francisco el sábado en la plaza de San Pedro, pese a que México tiene 98 millones de católicos, sólo detrás de Brasil.