La profesora investigadora del Área Académica de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Georgina Ortega Luna, señaló que el ciberbullying es una forma silenciosa y persistente de discriminación.
Precisó que el ciberacoso es una práctica violenta en los espacios digitales que se reproduce con facilidad y frecuencia en redes sociales debido a la escasa regulación y tiene una mayor repercusión en la comunidad sexogenérica, pues es uno de los grupos más vulnerables frente a este tipo de agresiones, las cuales incluyen comentarios ofensivos, amenazas, burlas, memes y campañas de odio que forman parte del panorama cotidiano en estas plataformas.
Explicó que esto sucede porque no hay una regulación legal real, de tal manera que los usuarios que tienden a violentar a otros lo hacen con facilidad desde el anonimato.
Por ello, enfatizó en la urgencia de trabajar desde la conciencia social y cívica para generar mayor sensibilidad social, al recordar que todas las personas cuentan con derechos, pero también con obligaciones, entre las que se encuentra el promover el respeto hacia los demás.
Dijo, “el problema principal al respecto es cuando estas agresiones generan efectos devastadores en la salud mental de las víctimas, como ansiedad, depresión, aislamiento social e incluso pensamientos suicidas. Por lo que es importante que las autoridades gubernamentales establezcan normas para regular el acoso en el internet y ayuden a las víctimas, tanto en el aspecto legal como en el psicológico”.
Asimismo, manifestó que también se considera acoso cuando uno o varios miembros de la comunidad intentan presionar a otra persona para que haga públicas sus preferencias. Ante esto, mencionó que cada individuo es libre de decidir cuándo y cómo darlo a conocer, sin presión alguna y sin recibir ningún tipo de etiqueta social, incluso por parte de la propia comunidad LGBT+.