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viernes, julio 25, 2025

La necesidad de un partido ajeno a consignas

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Bajo ninguna circunstancia puede permitirse que funcionario alguno o líder de cualquier tipo de agrupación, filial a Morena, quiera pensar que puede caer en la tentación del dinero fácil con el arropamiento a grupos delincuenciales, para luego presentarse en algún evento partidista y creerse libre de toda culpa al escuchar el coro de corifeos “¡no estás solo, no estás solo!”.

Flaco favor le hace su partido a la presidenta, Claudia Sheinbaum, al pensar que pueden dictaminar inocencia absoluta de un personaje señalado con pruebas casi inobjetables, de haber gobernado su estado natal, prácticamente de la mano del crimen organizado, con base a consignas que corearon al presentarse en un evento morenista.

Así no funcionan las cosas, y el daño que pueden provocar a una administración a la que han querido entrampar no la oposición, sino los propios integrantes del instituto político que debiera arroparla, que con absoluta soberbia le han “bateado” iniciativas legislativas, nada más porque para estos sujetos quien manda no está en Palacio Nacional, es grave, muy grave.

Por eso el golpazo que ha recibido uno de sus líderes morales es brutal, y simplemente no se cura con consignas absurdas.

En Hidalgo, el preocupante incremento en crímenes cometidos por la delincuencia organizada, si así quieren o no llamarle, debe generar, ante todo, la unidad del partido gobernante con su gobernador, pero en los hechos, no en corear consignas. Unidad para dejar de jugar al poder alterno con personajes de todos conocidos, que hoy como nunca van a pretender sacar provecho del momento de transición en que la entidad dejó de ser una isla ajena a la problemática que vive todo el país.

En ese sentido, la detención de delincuentes que han generado intensa violencia en la región de Tula, debe ser la constante, porque una simple señal de debilidad para encararlos, solo podrá traducirse en una espiral de violencia de estos sujetos, a todas luces profesionales organizados en la materia.

Y en este renglón, ningún organismo, ningún personaje del morenismo, incluso los que se auto presentan como los únicos con denominación de origen, pueden cae en la mezquindad de sentarse a esperar que la delincuencia siente sus reales en la entidad. No, como nunca es necesaria su participación en un frente común para que Hidalgo conforme un bastión de la seguridad para el combate de los grupos delincuenciales.

Los “padrinos”, como el hoy personaje en profunda caída libre, que pretendieron crear ínsulas de poder con la promoción y el impulso de “candidatos” por adelantado a la primera magistratura estatal, se descubren sin ese poder que creían tener para apadrinar a quienes vendieron la idea de que, con esa simple acción, ya la tenían ganada.

Hidalgo está en un momento complicado, porque el crecimiento poblacional que ha registrado en la última década, con una migración masiva de la capital del país y fundamentalmente del Estado de México, ha traído, por supuesto, un intenso crecimiento económico, pero también la presencia de grupos delincuenciales con los consiguientes delitos.

La detención de sujetos que participan en la generación de violencia en la región de Tula, debe ser solo el principio de un operativo permanente que deje en claro que, en la entidad hidalguense, quien la haga, la va a pagar y caro.

Y para ejercer un poder de este tipo, solo una persona que llegó a la primera magistratura por voto popular, que es el gobernador constitucional. Los otros, ahijados del padrino en desgracia, deben saber que correrán esa misma suerte, si persisten en su idea de que el único que los puede mandar es el susodicho padrino.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx

@JavierEPeralta

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