3.500 años después de morir, su momia mantiene en la cara la expresión de un grito, quizás de agonía. Ahora, 89 años después de su descubrimiento en Egipto, se ha determinado que tenía unos 48 años, no está clara la causa de su fallecimiento y fue embalsamada con esmero.
Investigadores de la Universidad de El Cairo han analizado con las técnicas más avanzadas la momia de la que se conoce como “la mujer que grita” y han publicado sus resultados en Frontiers in Medicine.
La momia fue hallada en 1935 durante una expedición arqueológica para excavar, en Deir Elbahari, cerca de Luxor, la tumba Senmut arquitecto y supervisor de las obras reales, y, según se dice, amante de la famosa reina Hatschepsut (1479-1458 a.C.)
En ella se encontraron además varios pacientes no identificados, entre ellos la momia de una anciana, con peluca negra y dos anillos escarabajos de plata y oro, su cara tenía la boca abierta de par en par, como encerrada en un grito.
El equipo, encabezado por Sahar Salem, de la Universidad de El Cairo, usó diversas tecnologías de vanguardia para diseccionar virtualmente la momia, calcular su edad, identificar patologías y su estado de conservación.
La mujer medía 1,54 metros, tenía unos 48 años, entonces una anciana, y sufría una artritis leve de la columna vertebral, evidente por la presencia de osteofitos en las vértebras.
Además, le faltan varios dientes, probablemente perdidos antes de morir, que pudieron ser extraídos, pues la odontología se originó en el antiguo Egipto, otros estaban rotos o con signos de desgaste, explica Saleem en un comunicado.
Los investigadores no encontraron una causa evidente de la muerte, a pesar de la característica expresión del rostro, y descartaron que fuera un descuido de los embalsamadores dejarle la boca abierta, pues el proceso fue hecho con esmero.
«La expresión facial de grito de la momia en este estudio podría interpretarse como un espasmo cadavérico, lo que implica que la mujer murió gritando de agonía o dolor», consideró Saleem.
El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular, típicamente asociada a muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas.