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Hidalgo
domingo, febrero 16, 2025

La justicia 

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PEDAZOS DE VIDA

Para cuando despertó, ya había amanecido.  Su cuerpo estaba medio acomodado en el sofá negro que desentonaba con el color verde de la sala completa, abrió los ojos, pero no hizo siquiera el menor esfuerzo por levantarse. De reojo y sintiendo cómo los ojos se le iban para atrás, medio alcanzó a ver  las manecillas del gran reloj que adornaba la pieza, y volvió a dormir.

Para cuando despertó, el reloj marcaba las cuatro de la tarde, así que como bien pudo, se levantó, abrió el refrigerador y bebió cuanto pudo, caminaba de nuevo a la sala cuando vio sus huellas por toda la habitación. El lodo había hecho lo suyo y él no recordaba por qué había caminado por todos los cuartos, parecía que le habían robado las últimas horas de su borrachera en casa del “Juaco”.

Sin embargo, no tomó nada en serio, hasta que de su abrigo sacó una carta, como de baraja, pero de mayor tamaño que los naipes comunes, tenía la inscripción “VIII La Justice” y tenía como centro la figura de una mujer que cargaba la balanza y la espada de doble filo, sin saberlo, había sacado de su abrigo el arcano mayor del Tarot, La Justicia.

Él seguía sin entender, no lograba recordar nada, ni siquiera supo cómo llegó a casa, y al medio hablar con sus compañeros de juerga, nadie supo explicar la posesión de dicha carta, así que dejó el tema en el olvido y la carta sobre el buró, bajo la luz de la lámpara hasta que por el fétido olor, descubrió el cadáver que estaba bajo su cama.  

En una mano la balanza, y en otra la espada de doble filo, sus ojos, bajo la ceguera temporal de un vendaje eterno no podían guiarlo. Era la mujer de aquella carta, ¡era la mujer!, lo sabía pero había enmudecido como para implorar. Su cuello se acercó, en la lentitud poética del tiempo, a la filosa espada, la mujer permaneció inmóvil, era como si el viento llevara el cuerpo hacia el filo, como el carnicero a la sierra lleva la carne…

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