La coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), en arduas negociaciones para formar un Gobierno, logró este miércoles ponerse de acuerdo en presentar mañana jueves un candidato común a la presidencia de la Asamblea Nacional francesa, el veterano comunista André Chassaigne.
Chassaigne, de 74 años, es el nombre acordado por La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), los ecologistas y el Partido Comunista Francés (PCF) para disputar el cuarto puesto jerárquico del Estado francés que se elegirá este jueves en la apertura de los trabajos legislativos.
Diputado desde 2002, el político de Puy-de-Dôme contaría con cerca de 190 votos, los del NFP y sus socios, por delante de los de la alianza centrista del presidente francés, Emmanuel Macron, y de Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, segundo y tercer grupos de la Cámara Baja, respectivamente.
«Tenemos la legitimidad colectiva para presidir la Asamblea», aseveró ante la prensa Chassaigne, quien adelantó que será «fiel» a los valores de los cuatro grupos que forman el Nuevo Frente Popular, que ganó por unas pocas decenas de escaños las elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio.
Para el diputado del interior de Francia, su perfil experimentado y conocimientos de los entresijos parlamentarios le han avalado para ser escogido por la izquierda.
El comunista tendrá varios rivales en la votación, las dos primeras vueltas decididas por mayoría absoluta y, si no hay resultado, por mayoría simple y una tercera.
De parte del macronista Renacimiento aspira a repetir cargo Yaël Braun-Pivet, presidenta entre 2022 y 2024, y se presentará también el ultraderechista Sébastien Chenu, entre otros.
Entre bastidores, se especula que Chenu pueda retirarse tras el primer turno de votación, dejando vía libre a través de una eventual abstención a Braun-Pivet, en caso de que esta logre los votos de la derecha clásica y sus socios, lo que superaría a la izquierda.