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Hidalgo
lunes, marzo 31, 2025

La inclusiva estupidez 

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EL PEQUEÑO TIMMY

A estas alturas, tratar de agarrar como escudo el tema del género para desviar la atención de los señalamientos que te han hecho por tu pésimo desarrollo como funcionario, funcionaria o funcionarie pública, público o publique, no tiene madre ni padre tampoco. La verdad es que la estupidez no tiene género, y no se equivoquen los funcionarios públicos cuando desde las tribunas del juego de pelota les gritan “puuuuuuut…” Nadie habla de sus preferencias sexuales y tampoco de su género. 

Cuando la gente se refiere al poco trabajo que realizan los diputados, sin decirles zánganos, buenos para nada, inútiles, ratas de dos patas (Dios tenga en su gloria a Paquita la del Barrio), protectores de violadores y delincuentes, etcétera…  Nada tiene que ver si son hombres o son mujeres, la ausencia de trabajo y lo que es peor, la ausencia de resultados, los deja como lo que son: unos trepadores, incultos, no preparados, sin conocimientos en la materia, ignorantes, garrapatas chupasangre, becarios del congreso e improvisados, nada de esto tiene que ver con el género. 

Ahora que si las críticas son porque pasaste a ser activista a funcionario o funcionaria o funcionarie publique y no has dado resultados en los temas que muchas veces acompañaste y reclamaste al gobierno en turno, tampoco tiene nada que ver con que seas hombre o mujer, la ineptitud tampoco tiene género, ya se vio en los chapulines que brincaron de las Secretarías al Congreso de Hidalgo y que siguen sin dar resultados. Ya se vió con la remoción de perfiles como el del Instituto de la Mujer, cuya titular agarró hueso y se olvidó de la lucha social, insisto, no tiene nada que ver si son hombres o mujeres, cuando son parásitos de la política lo son sin importar el género. 

Lo anterior nos hace suponer que en la política de Hidalgo no hay nada más incluyente que la estupidez: de pasarte de un partido político a otro, la estupidez de escupir para arriba, la estupidez de autodescribirse como indígena para hacerte diputado, la estupidez de respaldar un discurso vano, vacío y machista y decir luego que te atacan por ser mujer, la estupidez de querer protagonizar en el escenario público haciendo tamalizas para ver si ahora sí te sueltan otro hueso, la estupidez de emitir declaraciones que se alejan por completo de la realidad que viven los ciudadanos…

La estupidez  de aceptar que perfiles corruptos y nefastos se integren al partido político de moda, la estupidez de creer que la izquierda es volver al viejo PRI pero ahora con máscara color guinda, la estupidez de creer que el pueblo les cree sus mentiras, esa estupidez de pretender que la gente es ciega y no se da cuenta de sus errores cuando duelen en los hogares, se sienten en los robos a casa habitación, calan los huesos cuando las sentencias de los jueces van en contra de la justicia y a favor de quien tiene poder y dinero. 

La estupidez es inclusiva, agarra panistas y priistas, toca perredistas y a varios morenistas, la estupidez es lo más inclusivo que hay en la política de Hidalgo, aquí en este término caben todos y todas aquellos que de una forma improvisada llegaron al poder sin tener ni siquiera un poco de preparación para asumir una responsabilidad burocrática. 

La estupidez cabe en todos y todas aquellas y aquellos que han utilizado sus puestos públicos para promocionarse como próximos candidatos, que han utilizado el poder para revanchas políticas propias, la estupidez se ve reflejada en todos aquellos funcionarios que reciben un pago sin trabajar y sin tener resultados, nada más por ser familiares, conocidos o amigos de algún secretario, de alguna secretaria o de alguno de sus allegados. 

La estupidez es tan inclusiva que ya tiene en sus territorios a varios perfiles de la Cuarta Transformación, y será el tiempo y la gente quién los juzgue, no por ser hombres o mujeres, sino por los nefastos resultados que entreguen, una despensa se recuerda mientras está en la panza, un desdén, un saqueo, una violación, la muerte de un conocido, jamás se olvida… Ya pónganse a trabajar, caray.

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