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La historia humana, la historia del poder político

Javier Peralta
3 Min de Lectura

RETRATOS HABLADOS

Cada uno de los movimientos políticos que pulverizan a sus opositores, lleva en sus entrañas el germen de su propia destrucción, si decide que la mejor alternativa a sus triunfos abrumadores, es caminar de plano solo y sin voz alguna que cuestione sus decisiones. Porque en el quehacer humano, equivocarse es una posibilidad natural, y que solo será materia para crítica, constructiva o no, pero necesaria, tarea vital para los que no hayan caído en la enfermedad de creer, con absoluta certeza, que el nuevo caudillo tiene origen divino.

Porque los dictadores, además de tener clara tendencia a serlo, se deben más a los que fomentan su infalibilidad como coro matutino, vespertino y nocturno de alabanza. Nada de lo que decida el nuevo líder divino tendrá error alguno, porque su voz es la voz de los cielos y ningún simple mortal deberá cuestionarlo, ni con el pétalo de una coma.

El hoy partido hegemónico de México, tuvo como origen cierto encarnar la oposición a un instituto político que parecía instalado en el poder hasta la eternidad, y cumplió una función vital: impedir se transformara en una dictadura, que por supuesto prohibiría voces discordantes con sus mandamientos.

Fue, sin duda, la acción histórica que equilibró el panorama, y dio origen a una nueva era, que de ningún modo nació vacunada contra la soberbia, y por evidentes razones, y porque así debe ser, camina el mismo sendero donde poco a poco, o muy rápidamente, se deja de escuchar a los otros, a los que no comulgan con sus ideas.

Así que en este eterno repetir escenarios, habrá de surgir, no de las cenizas tricolores, sí de nuevas generaciones, la voz que llame a la cordura a los hoy dueños absolutos del poder morenista, y haga lo que hicieron los que hoy se miran como poseedores de todos los tiempos humanos, es decir gritarles, despertarlos cada mañana con la voz de alerta para que se alejen del canto sireno del poder.

Para eso tendrán que pasar muchas décadas, tal vez no tantas como las que impidieron sacar del salón de las decisiones al hoy PRI en caída libre al precipicio. Tal vez registremos la buena nueva, de que no deberá pasar casi un siglo para que simplemente se reinicie la maquinaria de la vida humana en nuestro país, y de nueva cuenta los hoy salvadores asuman el mismo papel de los hoy vituperados representantes del antiguo régimen corrupto y demás lindezas.

Ellos serán los que en ese futuro se tendrán que ir, y llegarán otros, y pasado el tiempo otros, y así, hasta el infinitivo. Porque así es, porque así ha sido, porque así será.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx

@JavierEPeralta

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