Bruselas inauguró este jueves la alfombra floral que cada dos años adorna su emblemática Grand Place y que en esta edición firma la artista belga Océane Cornille y que está dedicada al Art Nouveau.
La ciudad espera recibir miles de visitantes hasta este domingo para contemplar una alfombra formada por unas 105.000 flores, lo que lo convierte en un tapiz único en el mundo. La última edición de este evento, que se celebró en 2022, atrajo alrededor de 150.000 personas, según los organizadores.
La estera de este año, que celebra su vigésima tercera edición, quiere rendir un homenaje a Bruselas como capital floral de Europa y también busca poner de relieve a la ciudad por ser un referente artístico y la cuna del surrealismo.
“Para mí hacer este diseño es una oportunidad súper bonita, es muy interesante poder trabajar con plantas en el espacio urbano”, dijo en una entrevista con EFE Océane Cornille, la artista que ha diseñado la presente edición, quien estudió en la Escuela Superior de Arte de Lieja y se especializó en arte callejero.
A primera hora de la mañana empezaron a llegar las dalias, todas ellas cultivadas y cosechadas en Bélgica. Los voluntarios trabajaron desde las 7 de la mañana para poder construir el dibujo que tiene un total de 70 metros de largo por 24 de ancho.
“Quería mostrar la diversidad de esta ciudad en la que todos los barrios tienen su propia identidad cultural, lingüística e histórica y forman esta urbe tan loca”, señala Cornille, quien anteriormente ha trabajado pintando murales en paredes de distintos puntos de Bélgica.
El objetivo de la artista en esta edición ha sido romper con el diseño clásico de anteriores ediciones y crear una pieza más centrada en el arte callejero.
“La obra de este año consiste en una acumulación de elementos vegetales y orgánicos que deambulan libremente en el tapiz y que crean este movimiento de desplazamiento que encontramos naturalmente en los habitantes de la ciudad», reflexiona Cornille.
El proceso de montaje tiene dos fases: en un primer momento se imprime un croquis con el dibujo del diseño que se instala en el suelo y sobre el que se escriben números que pertenecen, cada uno de ellos, a un tipo de flor. De esta manera, en segundo término, los voluntarios pueden rellenar fácilmente cada zona y formar el dibujo completo.
Alrededor de 130 personas participan en la colocación de las flores, principalmente dalias, según traslada la organización.
“Es verdaderamente especial llegar a nuestra capital y poder construir el tapiz y después verlo desde el balcón del Ayuntamiento”, señaló a EFE Niels Gagelmans, un voluntario que viene desde el norte de Bélgica para ayudar a la puesta a punto.
Para Gagelmans, este evento supone un punto de encuentro y de reunión entre los habitantes de su municipio, desde donde provienen una parte de las dalias puestas en la plaza.
«Es muy agradable venir aquí con mucha gente de nuestro pueblo y construir algo magnífico y extraordinario en Bruselas», comentó alegre Gagelmans.
Para la capital de Bélgica este evento supone, además, un impulso a su atractivo turístico y cultural, contó en declaraciones a EFE Delphine Houba, concejala de Turismo y Grandes Acontecimientos del Ayuntamiento de Bruselas.
“Artísticamente este acontecimiento es importante porque es una manera de mostrar hasta qué punto somos creativos en Bélgica. También es relevante en el plano turístico porque es una manera de promover Bélgica, atraer la atención del público y trasladar una imagen colorida y positiva de Bruselas al mundo entero”, señaló Hoube.
«También es una forma de poner en valor el saber hacer hortícola en Bélgica; estas dalias se producen en nuestro país desde hace años y son una variedad de flor muy resistente”, apuntó la responsable municipal.