13.9 C
Hidalgo
miércoles, noviembre 19, 2025

La generación Z de zopilotes

Más Leídas

EL PEQUEÑO TIMMY

Qué pena y qué risa dieron todos esos mañosos y mafiosos que se han querido hacer pasar como jóvenes menores de 23 años con su playera de One Piece como si con eso ya representaran a una generación que no entienden, con la que no hay un vínculo real y a la que poca importancia le han dado en los últimos años. 

La oposición, en especial la ultraderecha, ha mostrado su cara más radical, la del cinismo, la de la mentira y la calumnia, y en recientes manifestaciones la cara violenta que no refleja nada más que la impotencia que siente una clase política y social que ha perdido sus privilegios y su preferencia por los gobiernos  neoliberales. 

Mientras Ricardo Salinas Pliego hace su berrinche y pretende maquinar desde su cada vez más decadente televisora, un golpe de estado o un movimiento que desestabilice al gobierno federal para tratar de negociar la gran deuda que ha acumulado durante años por la falta de pagos de impuestos y por una serie de acciones con las que ha tratado de evadir su responsabilidad, como si con sus actos o discursos en los que se ha querido mostrar como víctima hubiera un gramo de credibilidad ante el perfil que no puede verse más que como el de un ruin, asqueroso y corrupto empresario. 

La televisora Azteca, Grupo Salinas y demás negocios del próximamente ex magnate, han comenzado su caída libre, mientras el pueblo de México espera que Salinas Pliego pague sus impuestos y la deuda acumulada; en tanto eso sucede, durante la marcha de la generación Z, que más bien se denominó la generación Zopilota por todos los oportunistas que se quisieron colgar del papel de los jóvenes, se hicieron transmisiones especiales y se ha buscado desvirtuar el presunto descontento social para intentar capitalizarlo hacia el corrupto empresario.

Los políticos juegan nuevamente a ver a la población como un puñado de imbéciles, desde sus burbujas llenas de racismo y clasismo critican a la población que apoya y respalda a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y en tiempos neoliberales tratan de criminalizar a los protestantes, a los que marchaban para exigir soluciones a sus problemas, e incluso mandaban infiltrados para tratar de criminalizar protestas pacíficas. 

Lo que no han aprendido los de la clase privilegiada o esos que ni siquiera lo son pero aspiran a serlo, es que una marcha o manifestación triunfa cuando es la mayoría de la gente la que vive el descontento, cuando el problema afecta a grandes masas como fueron las reformas energética y educativa en el gobierno de Enrique Peña Nieto, o la extinción de la Luz y Fuerza del Centro en el sexenio de Felipe Calderón, y no cuando los que se ven afectados son un puñado de personas nefastas que solo ven por intereses personales, clasistas y racistas, como ya se ha dicho. 

De risa sus marchas con consignas que nada tienen que ver con su propia realidad, da pena la forma en que la clase privilegiada acude a su primera marcha, con completa ignorancia de lo que dice, hablando de problemas que no le afectan pero con los que quiere ganar la simpatía de otros; da ternura ver como gritan consignas en las que de pronto se asoman su ideología y sus frías palabras. 

Mientras la generación Z en México disfruta de sus becas y se desarrolla en realidades completamente diferentes a las que provocaron los nefastos gobiernos neoliberales, estos privilegiados hijos del erario público, evasores de la ley, mentirosos, cínicos, aprovechados, sanguijuelas de la política, se pusieron sus playeras de One Piece, sus sombreros y pretendieron crear una narrativa en la que como en otros lados del mundo, fueron los jóvenes quienes encabezaron las protestas en el zócalo capitalino y en otras ciudades, lo único que se vio fue a la generación Zopilota mostrando toda su frustración al no tener una verdadera oposición en México, con líderes corruptos que se perpetúan hasta en las dirigencias de los partidos políticos, una clase política que al estar del lado contrario a Morena comienza a extinguirse. 

Autor