La escritora mexicana Elisa de Gortari cuestionó en una entrevista con EFE la explotación de los relatos de las personas trans en la literatura y medios cisgénero que les «fetichizan» y «les exigen» exponer sus experiencias como autores y, «si no hablan de eso, no se les lee o no se les publica».
«Creo que en mi caso es una excepción y a la gran mayoría de las autoras trans se les exige sumarse a ese relato y se les critica si no lo hacen», señaló con motivo de su nueva novela distópica ‘Todo lo que amamos y dejamos atrás’, bajo el sello de Alfaguara de la editorial Penguin Random House.
De Gortari señaló el caso de la autora chilena Ariel Richards, con «una novela muy trans», pero sin «explotación y miseria», que la crítica recibió con recelo porque esperan que las mujeres trans se sigan «autoexplotando».
«Y a eso sí me rehúso categóricamente», afirmó la escritora.
«En un mundo ideal, yo no me acordaría que soy trans. O sea, creo que en un mundo ideal no es que existen las personas trans, pero no nos fijaríamos en eso y yo no me tendría que acordar de eso», agregó.
Un mundo en decadencia
De Gortari comenzó a escribir la novela en 2017, en lo que describió como «un tiempo muy escabroso» laboral y familiarmente, marcado por su proceso reafirmación de género, lo que «influyó de alguna manera en este libro».
No obstante, resaltó que no «quería escribir una historia trans», y «en cambio, sí quería una novela en la que se destruyera Veracruz».
Además, en la novela también se colaron sus experiencias como reportera internacional que cubría las caravanas migrantes desde Honduras hasta la frontera de México con Estados Unidos.
«Aunque yo las transformé en migración por cambio climático», en la novela, precisó la autora.
Asimismo, compartió que fue un reto investigar por su cuenta «cómo se vería si la Tierra tuviera anillos, cómo se vería el ascenso del mar y cómo hacer jabón» en un mundo postapocalíptico.
Aunque la autora precisó que ‘Todo lo que amamos y dejamos atrás’ tiene mucho de ella, como: algunos familiares, amigos y conocidos, sus gatos y su pasión por la música.
En particular, compartió que se identificó con el personaje principal, Grijalva, una reportera con quien también tiene en común que son «músicas fracasadas».
«Es lo que estudié desde que era niña(…) y yo creía que mi vida iba a ir allí, y llega un momento de la vida en que te das cuenta de que eso no va a ocurrir, que hay demasiadas cosas en juego y que no están en tus manos», reflexionó.
«Y eso es algo que tiene que enfrentar este personaje, además de que el mundo se acaba literalmente», añadió la también periodista.