La embajada de Francia en Italia, situada en el famoso Palacio Farnese, abre por primera vez al público sus subterráneos donde ha conservado dos extraordinarios suelos realizados en mosaico de la Antigua Roma.
Las visitas al público podrán ser reservadas todos los miércoles a partir de esa semana para apreciar los mosaicos que comenzaron a ser restaurados en 2021 y que serán completamente terminados de restaurar en 2025 con motivo del 150° aniversario de la creación de la Embajada y de la Escuela francesa de Roma.
Las partes ya restauradas e iluminadas con un sistema especial destinado a resaltar la belleza de los mosaicos podrán ser ya visitadas.
Los visitantes podrán descubrir así dos grandes suelos de mosaico con azulejos blancos y negros que datan del período comprendido entre finales del siglo I d.C. y la dinastía Severa, entre el 193 y el 235 d.C.
El ‘Mosaico Marino’, que se extiende sobre una superficie de aproximadamente 9 x 4 metros, está formado por líneas negras horizontales que simbolizan las olas, en medio de las cuales se mueven auténticas criaturas acuáticas – moluscos, peces torpederos, torpedos, lampreas, sepias, delfines – e imaginarias – dragones, monstruos con cabeza de grifo, nereidas, caballitos de mar-.
El descubrimiento de estos suelos ha hecho suponer que donde surge el imponente Palacio Farnese hubo un complejo termal.
El “Mosaico de los Acróbatas”, fechado estilísticamente en el reinado de Domiciano (81-96 d.C.), mide 7 x 5 metros y representa cuatro acróbatas desnudos que se alternan de pie y sentados sobre sus caballos, todos convergiendo hacia el centro de la sala.
La temática de este mosaico es excepcional para el arte romano, ya que las posturas acrobáticas no se corresponden con la iconografía habitual de kis caballeros que normalmente se representan saltando de un caballo a otro o corriendo junto a sus corceles.
Además, la desnudez y el tipo de ejercicio de los acróbatas del Palacio Farnese recuerdan bastante a las antiguas representaciones griegas o etruscas, que pueden haber sido reinterpretadas algunos siglos más tarde para la creación de este mosaico.
Tampoco en este caso está claro a qué edificio pertenecía esta obra, aunque las últimas hipótesis señalan la probable existencia de un establo.