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domingo, diciembre 8, 2024

La desaparición de instituciones y el nulo Estado de Derecho, el camino perfecto para más pobreza

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En nuestro país desaparecen las instituciones y hay nulo Estado de Derecho, dos de las principales causas para que haya más pobreza. Es un hecho probado que las naciones que mantienen como prioridades el fortalecimiento de sus instituciones y un Estado de Derecho al que todos respetan, son los mejores caminos para lograr la prosperidad y ahí están los ejemplos:  las naciones europeas, Estados Unidos y Canadá.

En México amanecemos con noticias repetidas de asesinatos en buena parte del país y también con el desmoronamiento de las instituciones, ahí está el Poder Judicial y los siete órganos autónomos que tienden a desaparecer por los legisladores,  encabezados por el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), pero también están la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

La razón aludida para la desaparición de estos últimos siete organismos mencionados es que “no sirven” y lo que se gasta en ellos, se canalizará para costear necesidades reales de la población. Es obvio que al crearse estas organizaciones se buscaba un mayor equilibrio y regulación en las diferentes competencias económicas y sociales del gobierno y de la sociedad.

Las instituciones son importantes para un país, porque dan certeza democrática, en el sentido de que los ciudadanos son tomados en cuenta y dan incentivos para trabajar, para invertir, para estudiar, para la salud, para producir. En sentido contrario, será el gobierno y únicamente éste quien se encargue de todo el quehacer público, es decir se convierte en juez y parte.

Los ejemplos a nivel mundial son varios,  países que han dejado de lado las instituciones y donde no hay Estado de Derecho, y donde han caído en la más cruel pobreza, con tiranías absolutas como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Norcorea y varios más. Y coincide, claro, que también son países donde no existe un Estado de Derecho, donde no se cumple la ley y prospera la delincuencia.

Sabíamos que el Poder Judicial necesitaba de una reforma, pero era eso exactamente, reforma, es decir su modificación para mejorarlo, pero no para empeorarlo con la llegada por votación y tómbola de gente sin preparación para algo esencial como es la impartición de justicia.

Los crímenes se multiplican en México, no hay día en que no corra la sangre en Chilpancingo y en Acapulco, en Culiacán, en Chiapas y en prácticamente todo el país, incluido desgraciadamente Tizayuca. Se ha dicho que hay que ir a las causas, es decir, acabar con la pobreza para lograr la pacificación, pero lo real es que el llamado crimen organizado es ya una industria donde nadie de sus integrantes es pobre, donde corre el dinero como río y en el que participa gente poderosa de todos los órdenes.

Lo prioritario es restaurar la seguridad de una u otra manera, es decir, lograr un real Estado de Derecho, en el que todos creamos, y recomponer nuestras instituciones, fortalecerlas, para que brinden a la ciudadanía certeza,  seguridad y oportunidad de prosperidad.

La meta de un país debe ser la prosperidad, porque la prosperidad genera más riqueza para todos; y con un Estado de Derecho real e instituciones fortalecidas se desarrolla una democracia con mayor participación e incentivos para la población. Un país austero y con una pobreza franciscana, sólo generará más pobreza.

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