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Hidalgo
lunes, septiembre 29, 2025

La casa de las píldoras naturales

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PEDAZOS DE VIDA

Nunca nos pareció raro que tuviera gusto especial por las plantas, a veces se me figuraba como la Hiedra Venenosa que había salido en la película de Batman. Con su cabello ondulado pero negro, su sonrisa natural y su gusto por las flores, los tallos, las espinas, y los secretos que guardan los seres autótrofos. 

Cuando falleció su madre, la entrada de la casa se convirtió en un arco verde que florecía a menudo, las paredes también tenían vida, poco a poco las enredaderas se aferraron a los blocks y colorearon de verde los muros, en el jardín los rosales y las dalias, daban color y alegría, dentro las plantas también tenían su lugar, no sé cómo lograba todo, pero hasta en el baño tenía plantas. 

Creo que invirtió mucho en el jardín y en sus plantas, a diferencia de mi experiencia de vida, nunca vi que pusiera una planta en un garrafón viejo, o en una lata, ni siquiera en una cubeta, cada una de sus plantas tenía una razón de ser, había una maceta que sacaba por las noches y la metía de nuevo antes del mediodía y eso era notable. 

Había estudiado ingeniería civil mientras su corazón se apachurraba en cada materia, sin embargo no había tenido oportunidad de elegir otra cosa, así que a la par comenzó a investigar, a veces sabía más de biología que su propia amiga, quien estudiaba la Licenciatura en la materia.

La primera vez que vi una de sus flores quedé embelesado, no había visto una igual, y creo que no volveré a verlas jamás, bastaba un pétalo masticado para llegar a otros mundos, para perdernos en una ilusión, en un sueño donde no sólo se podía vislumbrar el futuro sino que también había forma de conversar con los muertos, esa casa cambió por completo, mientras las raíces de la enredadera reventaban las paredes desde adentro. 

Pronto comenzó a tener muchas flores, aprendió a secar los pétalos y a molerlos, de pronto había llenado cápsulas con este polvo y de esta forma comenzó a venderlos, no eran productos para cualquier persona, tenía clientes muy específicos, constructores, arquitectos, ingenieros, abogados y políticos.

La casa creció cuando compró los terrenos paralelos y su jardín de pronto parecía un gran invernadero, no dejaba que las plantas se extendieron, tenía un control absoluto, llegó el momento en el que el jardín era su único trabajo, con la producción de las píldoras tuvo para vivir de manera cómoda y llena de lujos. 

Un día ya no estuvo, el jardín se vino abajo, las hierbas crearon un imperio, y con el paso del tiempo, la casa quedó en ruinas, nunca supimos qué sucedió, no hubo respuesta de las autoridades ni tampoco de sus clientes, las planta que daba esas flores extrañas tampoco apareció, nunca supimos qué era y seguramente nunca lo sabremos. Quisiera saber que está viva, que huyó, que no la encontraron, que no la desaparecieron, que no la mataron, pero a estas alturas todo es probable cuando no hay rastro de su existencia. 

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