Cuando vuela en la horizontal, la belleza de los movimientos del colombiano Kevin Mier hace recordar la de su compatriota Caterine Ibargüen, campeona olímpica de triple salto en 2016, pero si saca su lado arrogante, el portero es capaz de dañar las obras mágicas hechas con sus manos.
Este fin de semana, Mier, arquero del Cruz Azul, volvió a mostrar su perfil de jugador crecido y cometió dos errores groseros, que lo confirmaron como el héroe más villano del fútbol mexicano.
Ante Atlas, el excelente futbolista cometió dos despistes de principiante y estuvo a punto de ser el malo en una derrota de los Azules, pero el equipo rescató un empate 3-3, gracias a tres goles de Angel Sepúlveda.
En el minuto 16, Kevin hizo una de sus maromas favoritas, tratar de controlar la pelota con los pies a pocos metros del rival. El balón se le movió y Eduardo Aguirre tocó de zurda para poner delante a su equipo.
Atlas se escapó 2-0 con una diana del paraguayo Diego González, sin embargo, Sepúlveda empató con par de goles en cuatro minutos en el segundo tiempo.
El atacante había salvado a Mier del ridículo, pero el colombiano volvió a mostrar su exceso de confianza y en el 60 dejó escapar de sus manos una pelota dominada, lanzada por el brasileño Matheus Doria, anotador del 3-2.
Otra vez apareció Sepúlveda para, en el minuto 90, empatar y evitar la derrota del Cruz Azul.
Cuando Mier muestra su talento es un artista de la portería. Como Ibargüen cuando fue la mejor del mundo, al saltar el hombre parece tener genes de gato, de tigre o de pantera, lo cual le permite salvar a su equipo de decenas de goles en contra por campeonato.
Lo malo para el seleccionado de Colombia es que juega en la posición más ingrata del fútbol, en la que puede tener 10 aciertos en 90 minutos y la gente dice, ‘es su trabajo’, pero si se equivoca una vez, se gana el calificativo de malvado.
En diciembre pasado, Mier fue responsable de un gol del paraguayo Richard Sánchez, decisivo en el triunfo de América sobre los Azules en la semifinal del Apertura 2024. Quedó adelantado y Sánchez envió el balón por arriba para convertir un elegante gol.
Más doloroso para la hinchada celeste fue un error infantil en la semifinal del pasado Clausura, en la que Cruz Azul tenía todo a favor para eliminar a América con dos goles de ventaja en el minuto 66, pero Mier regaló una pelota que revivió al rival.