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miércoles, octubre 8, 2025

José Antonio Rojo, se va del PRI, pero está de regreso a la política activa

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RETRATOS HABLADOS

El comunicado que decidió hacer público el político hidalguense, José Antonio Rojo García de Alba, para anunciar que hará “una pausa” en su militancia dentro del Revolucionario Institucional, ante una dirigencia nacional que lejos de sumarle, le resta al tricolor y que, ante su presencia con carácter de indefinida en la presidencia, sacrifica al partido y la esperanza de sus militantes en que pueda ser nuevamente “competitivo, vigoroso y renovado”, representa un momento histórico en el momento crítico que vive el PRI, no solo de Hidalgo, sino de todo el país.

Arquetipo del político hecho a la usanza de lo que tal vez fue, en su momento, la mejor cara del priísmo, con líderes campesinos carismáticos y que fundamentaban su tarea en dar su palabra, y cumplirla, logró mantener vigente la figura de su abuelo, Javier Rojo Gómez, tal vez el hidalguense con más posibilidades de haber llegado a la presidencia de la República.

Porque evidentemente la “pausa” no será pausa, sino una separación definitiva del instituto político, y si en cambio reiterar su afecto y respeto a la Confederación Nacional Campesina, a la que reitera su lealtad y afinidad a su historia, principios y causas.

Pide incluso no tomar su anuncio de militancia en pausa, como una invitación o convocatoria para adoptar medidas semejantes, porque, explica, nunca buscará hacerle daño a una Institución de la cual recibió tantas oportunidades, e insiste que se trata de una decisión con carácter personal.

Rojo García de Alba, ex dirigente en Hidalgo del tricolor, y serio aspirante a la nominación de ese partido al gobierno de la entidad, cuando finalmente resultó nominado el ex gobernador, Francisco Olvera Ruiz, es poseedor de una amplia presencia en el medio rural hidalguense, donde ha hecho buena parte de su carrera, con resultados que pueden considerarse positivos por su carácter negociador y capacidad para dialogar.

Reacio hasta el último momento a aceptar la existencia de un manejo unilateral del Revolucionario Institucional de la entidad, con imposiciones y “ninguneos”, que él mismo padeció, por parte de la dirigencia nacional, representada en Hidalgo por la secretaria general y senadora, Carolina Viggiano, José Antonio, tal vez sin proponérselo, se coloca en automático para buscar ser candidato “de seis años”, que, a decir de algunos, podría ser a invitación, desde la sede de Movimiento Ciudadano, incluso Morena o bien un Frente Opositor. Todo en el muy lejano 2030.

Como quiera que sea, y aunque tal vez para muchos con mucho atraso, Rojo García de Alba resulta congruente con su estilo de hacer las cosas. Es decir, luego de una profunda evaluación y reflexión, y sin buscar enarbolar una desbandada del partido de sus amores, en el que se mantuvo prácticamente cuando en los hechos, había sido arrumbado en el olvido.

Se trata de un personaje importante en la política hidalguense, con calidad moral y presencia real en amplios sectores, no solo del medio rural, sino también urbano, donde está presente el trabajo que su abuelo hizo a favor de los campesinos simplemente a través de un compromiso de palabra, pero que hoy mismo los más viejos recuerdan, “porque era un hombre de palabra, que siempre cumplía”.

A ver qué pasa, pero sin duda es saludable que políticos de valía, estén de regreso.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx

X: @JavierEPeralta

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