La cantante británica Jessie J fue ingresada de urgencia seis semanas después de una mastectomía por cáncer de mama, complicándose su estado de salud. Diagnosticada a tiempo, la artista, de 37 años, fue operada el 23 de junio. Sin embargo, una infección y líquido en los pulmones la llevaron al hospital.
Los problemas respiratorios iniciales hicieron temer un coágulo pulmonar, pero los médicos lo descartaron, trayendo alivio a la cantante, quien a pesar de la dificultad para respirar, pidió el alta voluntaria para seguir su recuperación en casa, manifestando su aversión a los hospitales.
Expertos señalan que estas complicaciones son comunes en pacientes oncológicos, incluyendo infecciones, acumulación de líquido, dolor, dificultades respiratorias y problemas de cicatrización, requiriendo atención médica inmediata si se agravan.
La artista anhela recuperarse para regresar a casa con sus seres queridos y volver a los escenarios, un deseo que se pospondrá. Su último concierto fue en el Summertime Ball, y aunque cambiar sus planes profesionales ha sido frustrante, se lo toma con filosofía. Los cirujanos oncológicos enfatizan la importancia del reposo y el seguimiento postoperatorio para evitar complicaciones que puedan requerir antibióticos, fisioterapia, analgésicos o incluso nuevas cirugías.