El Ejército israelí mató a Naser Abed al Aziz Rahid, comandante de la milicia chií Hizbulá adjunto de la zona de Bint Jbeil, en el sur del Líbano, según informó en un comunicado este sábado.
«Había promovido y llevado a cabo actividades terroristas contra civiles israelíes desde la zona de Bint Jbeil», recoge la nota de prensa sobre el comandante Rahid.
En el último día las tropas israelíes también localizaron y desmantelaron en su incursión terrestre en el sur del país vecino «numerosas armas, incluido un grupo de lanzacohetes, un lanzador de misiles antitanque, cohetes y equipo militar». El Ejército asegura que todo estaba preparado para atacar a las comunidades del norte de Israel.
Este sábado en tan solo una hora Israel detectó la llegada de unos 50 proyectiles disparados desde Líbano contra diferentes puntos del norte, entre ellos Haifa, Galilea central y Alta Galilea.
La mayoría de los proyectiles fueron interceptados, según informó el Ejército, pero algunos lograron burlar el sistema de defensa aéreo israelí.
Cerca de Haifa, los paramédicos y equipos del servicio de emergencias israelí, Magen David Adom (MDA), evacuaron a un joven de 29 años y a otro de 23 que resultaron heridos leves por la metralla.
En Líbano, al menos dos personas han muerto este sábado en el ataque de un dron israelí contra un coche en la localidad libanesa de Jounieh, al norte de Beirut, informaron fuentes oficiales libanesas.
La nota no agregó más detalles de esta operación selectiva que atribuyó al Ejército de Israel, que normalmente concentra este tipo de acciones en el sur del Líbano, si bien desde el inicio de la campaña masiva de bombardeos de finales de septiembre comenzó a atacar diferentes puntos del país, también en el norte, y zonas que se consideraban seguras.
Desde el inicio del conflicto hace poco más de un año, los ataques israelíes contra el Líbano han causado más de 2.400 fallecidos y más de 11.000 heridos, la gran mayoría de las víctimas en las últimas tres semanas, según el Ministerio de Salud Pública.