El Ejército de Israel confirmó este viernes haber bombardeado de madrugada diferentes intereses de la milicia chií de Hizbulá tanto en el sur de Beirut como en Nabatieh, sur del país, según un comunicado castrense.
En la capital libanesa atacaron «sitios de producción de armas, cuarteles centrales y otras infraestructuras militares», mientas que en Nabatieh el objetivo fueron centros de comando adicionales e “infraestructura de inteligencia”, según el texto.
Por su parte, la Agencia Nacional de Noticias libanesa (NNA) ya había confirmado de madrugada “diez intensos bombardeos” de cazas israelíes en el sur de Beirut, concretamente en las áreas de Ghobeiry, Kafaat y la autopista Sayyid Hadi, así como en las inmediaciones del complejo de Al-Mujtaba y la vieja carretera del aeropuerto capitalino.
“Los bombardeos provocaron destrucción masiva en las zonas objetivo, arrasando decenas de edificios e incendiando varios lugares”, señaló la NNA, que dijo que se trata del primer ataque contra la capital en casi una semana.
Previamente, y como viene siendo habitual desde hace semanas, el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, había ordenado en X a los civiles evacuar estas zonas del sur de Beirut antes de que fueran bombardeadas.
Hoy se cumple un mes del inicio de la invasión terrestre de tropas israelíes, durante la que se han adentrado unos 7 kilómetros en el sur del país vecino, y causado numerosos daños a la infraestructura y armamento de Hizbulá, sobre todo, a partir del 23 de septiembre cuando el Ejército israelí comenzó una campaña de bombardeos masiva.
Desde el inicio de las hostilidades el pasado 8 de octubre, al menos 2.865 personas han muerto en el Líbano, la mayoría desde el 23 de septiembre, incluidos la casi totalidad de la cúpula de Hizbula como su máximo líder, Hasán Nasrala, además de decenas de comandantes y cientos de sus combatientes.