Los incendios forestales han azotado en la última semana al puerto mexicano de Acapulco, seis meses después de la devastación que dejó el huracán Otis, que rompió el récord de intensificación de un ciclón en México el 25 de octubre.
Las llamas comenzaron la semana pasada en la parte alta de esta ciudad costera del sur de México, donde habitantes de barrios en los cerros pidieron apoyo a los bomberos para controlar el fuego.
En declaraciones a EFE, el secretario de Gestión Integral de Riesgo y Protección Civil del estado de Guerrero, Roberto Arroyo Matus, confirmó el despliegue de 330 funcionarios para sofocar las llamas, que dañaron hasta cuatro hectáreas y cubrieron de humo al destino turístico.
“La verdad es que es una gran cantidad de partículas suspendidas, puede haber muchas cenizas y es un volumen muy importante de carbono que está exportando en la parte baja de la atmósfera óxido de sulfuro, bióxido de carbono», lamentó.
Aun así, afirmó que no hay «de manera directa afectaciones o lesionados, afortunadamente».
El humo ha cubierto algunos días la bahía en su totalidad.
Los hechos ocurren mientras México afronta una ola de incendios forestales, con 126 activos en 20 estados, 26 áreas naturales protegidas y casi 56.000 hectáreas, según el reporte de este martes de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
«Equipos aéreos operan en Jalisco, Michoacán y Guerrero (estado donde está Acapulco) realizando descargas de agua», agregó la dependencia.
Los incendios también representan un nuevo golpe ambiental para Acapulco, uno de los principales destinos de playa en México, tras el huracán Otis, que el 25 de octubre pasado dejó más de 50 muertos y se convirtió en el segundo evento más catastrófico, según las aseguradoras del país.
Las autoridades educativas cancelaron clases presenciales la semana pasada en los niveles de preescolar y primaria en Acapulco y Chilpancingo, capital de Guerrero.
Escuelas de secundaria, preparatoria y algunas universidades también lo hicieron como medida preventiva.
Arroyo Matus insistió en que «no son partículas dañinas en el corto plazo», pero «a largo plazo sí».
Y confirmó que el motivo de los últimos incendios es por actividades humanas, como quema de basura.
«El 97 % de los 35 incendios que tenemos en el estado son por las actividades humanas, es decir, por quema de basura principalmente, no es tlacolol (sistema de producción agrícola tradicional del maíz), como de manera extraoficial se ha divulgado», detalló.
«La realidad es la quema de basura que se descuida, se deja sola y que después remonta hacia las zonas de pastizal o zonas forestales, además del viento fuerte que hay aquí, que son ráfagas de hasta 45 kilómetros por hora», agregó.
Las autoridades afirmaron que están trabajando con personas en zonas de posible riesgo para, si es necesario, trasladarlas a algún refugio temporal.