PUNTO DE VISTA
Cada quien en el lugar no solo donde se siente cómodo, sino donde sabe estar. Quién, y en verdad dígame, quién puede decir que el Presidente Obrador no es la figura más influyente en el país, me atrevería a decir que en la historia del México independiente. Ahora, si estamos o no de acuerdo con sus prácticas, es una cuestión aparte.
Nunca he creído que lo importante son las instituciones. Lo importante son las personas y hay quienes, hombres y mujeres, que lo pueden cambiar todo. Desde líderes sindicales, figuras públicas y, lo hemos visto, por ejemplo con Calderón que tuvo una obsesión por desaparecer Luz y Fuerza del Centro, hasta lograrlo. Solo por citar un ejemplo.
¿Por qué, los trabajadores del Poder Judicial de la Federación entran a un terreno desconocido, por qué van al terreno de Obrador?; la política se combate con política, no con huelgas. Lo correcto era lo que estaba haciendo la Ministra Piña: reuniones con líderes de partidos políticos, acuerdos, diálogos, organizar, después de sus labores, reuniones y foros sobre la reforma, que presupuesto tienen para promocionarse.
La huelga, ahora sí, es lo que tirará al Poder Judicial; quienes entendemos de equilibrios del poder, sabemos que tener a un Ejecutivo Todopoderoso y sin límites, nos llevará al fracaso, pero absolutamente no era la vía y de ahí solo vendrán tropiezos para estos funcionarios públicos.
La mayoría de los mexicanos ganan un salario mínimo y trabajan seis de los siete días a la semana, los del Poder Judicial Federal, cinco días; sí, con jornadas extensas y extenuantes, pero son salarios por nadie vistos. Coincido en que los jueces y magistrados que llegan a esos cargos, lo hacen por méritos propios, pero finalmente son privilegiados.
Escuchaba a un magistrado que son abogados de excelencia, en clara referencia a los dichos del Presidente, de que cualquier egresado y sin experiencia puede ser juez; está bien, solo pregunto ¿cuánta excelencia hay cuando se tardan dos años o más en resolver un amparo directo?
Tenían que haber contestado con comerciales, con redes sociales, con actores pagados, con diálogos políticos, saliendo a la calle, a los hospitales para ayudar, pero sobre todo, sobre todo, sacar en tiempo récord su verdadero atraso, de otra manera ellos y ellas mismas están cavando su tumba.
Solo el milagro de que el peso al cambio con el dólar se vaya a 30 pesos ante la incertidumbre financiera, detendría su desaparición; de otra manera, se metieron a un terreno, donde hay un campeón de los pesos pesados, el campeón más devastador de la historia mexicana: Andrés Manuel López Obrador.
