Donald Trump se convierte hoy en el Presidente número 45 de Estados Unidos, aunque en realidad repite en el cargo, pues fue mandatario de enero de 2017 a enero de 2021, sin embargo en esta ocasión ha causado una gran expectación en México, luego de las amenazas de elevar los aranceles en 25 por ciento a las exportaciones de nuestro país y de realizar deportaciones masivas.
Y de hecho, nos podemos esperar lo peor pues ayer mismo Trump aseguró que a partir de que tome posesión se acaba con la invasión a su país y que firmará las órdenes más agresivas. A eso hay que agregar que los migrantes tendrán que esperar en la parte mexicana a que las autoridades estadounidenses resuelvan sobre las peticiones de centroamericanos y sudamericanos para lograr asilo.
Son muchos quienes opinan que así como México depende en mucho de los vecinos, sobre todo en economía y tecnología, también ellos dependen de la mano de obra mexicana y de nuestras exportaciones. No es tanto así porque quienes tienen el capital mandan y aquí no es la excepción.
Mano de obra barata hay en muchos lados y los empresarios gringos pueden irse a donde quieran y establecer allá sus empresas. En alguna ocasión la presidenta Sheinbaum dijo que si ellos suben los aranceles México tendría que hacer lo mismo, pero viéndolo en perspectiva, sería como una guerra comercial entre el pequeño David y el gigante Goliat.
Dentro de todo lo mal que le puede ir a nuestro país, sin olvidar que podríamos perder el gran flujo de dinero que nos llega a través de las remesas que mandan nuestros connacionales que laboran en E.U., el anuncio de Trump de que intervendrán fuertemente contra los cárteles que controlan gran parte de México y envenenan a sus jóvenes con fentanilo, no deja de ser buena noticia. Claro que esto se tendría que dar mediante acuerdos bien establecidos para salvaguardar nuestra soberanía.
No se trata de ser malinchistas ni esperar peras del olmo, pero la verdad es que hasta el momento las fuerzas armadas y la policía no han podido enfrentar y comenzar a extirpar el cáncer de la delincuencia. Es decir, una ayuda del gobierno gringo en este terreno de la inseguridad no nos caería nada mal.
Esperamos eso sí, acuerdos bien enfocados con el nuevo gobierno de Trump, pero acuerdos realistas para poder mejorar nosotros en todos los terrenos, sobre todo en la seguridad, para dar la batalla al crimen organizado que se ha enseñoreado en varios estados del país.
Hoy mismo sabremos si Trump cumple a sus electores sus amenazas o fue simplemente “llamarada de petate” para asustar al muerto. Exige esta situación una postura fuerte pero realista por parte del gobierno mexicano, sin doblegarse pero sí reconociendo el contexto real nacional e internacional que prevalece.
