PUNTO DE VISTA
Guillermo Olivares Reyna, secretario de Gobierno, debe demostrar experiencia y control político. En estos últimos meses no ha sido así pero, para ventura suya, hay todo un campo de posibilidades, siempre y cuando sepa actuar a tiempo y con decisión.
En la rueda de prensa del 23 de abril de 2024, cuando informó en lo relacionado a la captura de Armando Mera Olguín, candidato a diputado del PT, evidenció desconocimiento en materia penal.
Señaló que el hoy imputado puede demostrar que, efectivamente, no había cometido ninguna conducta que cayera en la hipótesis delictiva, cuando sabemos que desde aquel lejano 2008, hubo reformas estructurales al procedimiento penal, y entre ellas, la que precisaba que le correspondía al agente del Ministerio Público, acreditar la responsabilidad del hecho en materia de imputación; y no al revés, como sucedía en el anterior Sistema Inquisitivo.
Comprometió, sin duda, la presunción de inocencia, pero además llevó a cabo el informe a la sociedad, horas antes de que se llevara a cabo la audiencia inicial, violentado con ello la reserva de los registros de investigación, que solo las partes, en un procedimiento penal, pueden tener acceso.
Es decir, hizo desfilar a funcionarios, como lo es el Auditor Superior del Estado, señalando y pormenorizando datos y elementos que no debían darse a conocer.
Es evidente que al ser un funcionario de primer nivel, su actuar debe de cuidar las formas y el fondo; no es, sino a la Procuraduría, a quien le corresponde la investigación de hechos con apariencia de delito, a nadie más. Es más, según datos del propio auditor, la denuncia la inician el día 15 de marzo de 2024, luego entonces la integración de la carpeta y la orden de aprehensión se realizó en tiempo récord.
Con ello, todos los gobernados e incluso los abogados como quien esto escribe, nos llevamos una gran decepción, pues pareciera que la Procuraduría solo actúa con prontitud en asuntos con tintes políticos, para las demás carpetas pasan meses o años, para que el Ministerio Público las judicialice.
Por otro lado es evidente que el denominado Grupo Universidad sí compró su propio partido político. Lo que se ve no se juzga, pero esa también fue responsabilidad del titular de la Secretaría de Gobierno.
Su principal función no solo es preservar la paz social del estado, sino ayudar al gobernador a tener un diálogo permanente con los distintos grupos políticos.
Y si se le adelantaron, es evidente que no pudo tejer fino para prever esta situación y, en su caso, aguzar la vista para alertar sobre el acercamiento de los Sosa con el Partido del Trabajo.
Esta falta de cuidado tiene confundidos a los votantes, que por un lado escuchan decir, desde el partido Morena, que en Hidalgo el PT y ellos van por rumbos diferentes; pero después, llega la candidata Claudia Sheinbaum a Hidalgo, y dice abiertamente que el Plan C, es que voten por Morena y todos sus partidos aliados, incluido el PT.
El gobernador necesita del apoyo de la Secretaría de Gobierno. Históricamente, el Segundo Piso de Palacio de Gobierno, ha sido relevante en el clima político y social de Hidalgo.
Hasta hoy, y gracias en parte a esta oficina, el Estado se ha mantenido en paz en la mayoría de sus municipios.
En los años recientes, y quitando el lamentable trabajo del ex secretario Simón Vargas, muchos de ellos terminaron siendo gobernadores.
Resulta necesario entonces, que el secretario con sus actuaciones, fije postura y cuide la espalda del titular del Ejecutivo. Para un jurista como es el mandatario estatal, es vital contar con el apoyo real, fuerte, de su secretario encargado de la política interior.
