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Hidalgo
martes, diciembre 30, 2025

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Un adulto responsable

“Tengo puesto un nacimiento, en un rincón
de mi casa, con pastores y pastoras  y un 
palacio en la montaña, allí vive el niño Dios”
Arre Borriquito – Tatiana

Hace poco leía una de esas reflexiones con imagen que abundan hoy en día en las redes sociales, en la que se podía leer: “Si ya no sientes que hay magia en la Navidad, es porque no has tomado la estafeta de esa responsabilidad, que muchas veces tienen unos padres ya cansados. Asume tu nuevo rol y haz que brillen estas fechas”. Parafraseé un poco, pero esa era la idea y no podría estar más de acuerdo.

Por ello, dedico esta columna a nombrar a los grandes héroes que hacen de estas fechas una verdadera fiesta, comenzando por aquella gente que siempre da más de lo estrictamente necesario. Un poco más de comida para el recalentado, unos dulces para la piñata, algún regalito extra para aquella persona que lo necesita más, que más que llamar a la abundancia, ellos son la abundancia en persona y no se cansan de demostrarlo.

También está la autoridad: aquellos policías, jueces, abogados y demás integrantes del servicio público que en lugar de cenar con sus familias tienen que estar lidiando con gente que quiere burlar el alcoholímetro, se pone de impertinente en alguna casa o cayeron al famoso “torito” y quieren salir rápido. A ellos se le suma también cocineros e intendentes que muchas veces deben doblar turno o trabajar extra en las fiestas decembrinas.

Contamos también a la gente que labora en las grandes cadenas de supermercados, sin importar su color, porque no solo tienen que atender gente, en días como el 24 de diciembre o el 05 de enero ni siquiera van a sus casas, y además, deben venderle a  personas desveladas, gruñonas o altaneras, que a pesar de su actitud, solo desean alimentar la ilusión de sus pequeños.

Y si hablamos de entregar juguetes, no podemos olvidar a todos aquellos personajes que le hacen de Santa Claus y los Reyes Magos, aquellos seres que luchan contra su sueño o dejan a la mitad una cómoda convivencia para darse el tiempo de acomodar todo perfectamente a la sombra de un árbol.

Infinitas gracias al personal de salud, que le toca estar en los hospitales y que, a sabiendas de ello, organizan convivencias para alegrarle la vida un poco a enfermos y familiares que, con un poco de actitud, logran transmitir un poco de energía navideña a los lugares más recónditos de los nosocomios.

Gracias también a los que deciden tomarse un tiempo para ser una opción de entretenimiento: cantantes, comediantes, artistas, deportistas, trabajadores del cine, entre otras profesiones que generalmente actúan en Año Nuevo y que no han recibido enero con sus propias familias desde hace mucho tiempo.

Un abrazo también a los barmans o baristas (que deciden no cerrar, a pesar de las fechas), la Señora de la esquina que vende sus jugos verdes hasta el 25 de diciembre y el 01 de enero, la señora de los tamales y demás vendedoras o vendedores que deciden ganarse la vida sin importar qué día es.

Dios bendiga a los bomberos y agentes de Protección Civil que, además de que no pueden descansar, ven las peores cosas que pasan en diciembre.

Y por último, brindo y doy gracias por aquellos que, aunque ya no están aquí, han dejado un legado. Las abuelitas, sobre todo, que dejaron las tradiciones de las posadas, de continuar con las reuniones a pesar de que ellas ya no estuvieran, que nos enseñaron que cuando hay que dar, debe hacerse en abundancia y que el regalo más caro nunca tendrá valor monetario, pues se llama tiempo y amor.

Nota: Nos vemos el próximo año, para continuar con estas columnas. Y recuerden anticipar las compras, porque los héroes también merecen descansar.

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