El golpe de calor es un trastorno grave que puede poner en peligro la vida. Esta condición es provocada por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente debido a la exposición prolongada o al esfuerzo físico en altas temperaturas.
Entre los síntomas de un golpe de calor se encuentran: temperatura corporal central de 40 °C, alteraciones mentales, sudoración anormal, intenso dolor de cabeza, problemas digestivos, ritmo cardiaco acelerado o incluso caer en estado de coma.
El golpe de calor puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. Cuanto más se retrasa el tratamiento, mayor es el riesgo de complicaciones graves o muerte.
Es crucial tomar medidas para enfriar a la persona afectada mediante duchas de agua fría, usar ventiladores y aplicar compresas de hielo en la cabeza, cuello, axilas e ingle.
El golpe de calor puede prevenirse al usar vestimenta holgada y liviana, sombreros, gafas de sol y un Factor de Protección Solar (FPS) de al menos 50. De la misma forma, se recomienda beber abundante líquido, realizar actividades físicas durante los momentos más frescos del día y descansar frecuentemente.
En caso de presentarse un golpe de calor, se debe buscar ayuda médica inmediatamente llamando al 911 o al número local de emergencias.